Illa incumple su promesa de tener en un mes una auditoría independiente sobre la gestión del Covid
Nueva promesa incumplida. El Ministerio de Sanidad, liderado por Salvador Illa, afirmó que «en un plazo máximo de un mes» estarían listos los criterios para llevar a cabo una «evaluación independiente» del Sistema Nacional de Salud (SNS). Sin embargo, cumplido el plazo, ese compromiso no se ha convertido en realidad. Fuentes oficiales consultadas por OKDIARIO apuntan que «hay reuniones semanales sobre este asunto entre técnicos de las comunidades autónomas y el Ministerio, pero están en la fase de fijar los criterios».
Todo procede de la primera reunión en octubre del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, celebrada a principios de mes. El Gobierno llevó al orden del día de este organismo la aprobación del grupo de trabajo con un plazo claro de un mes. Pasado ese plazo aún continúan los trabajos.
En una nota de prensa, Sanidad afirmó entonces que «en un plazo máximo de un mes, se deberán elevar las conclusiones de los trabajos al pleno del Consejo para su consideración». Y se conformó un grupo de trabajo para definir una evaluación independiente de la gestión de la pandemia de Covid-19 por parte del SNS entre el Gobierno y las regiones.
Hace un mes se detalló que el grupo estaría «integrado en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y lo formarán la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, que lo presidirá, y un representante designado por cada una de las comunidades y ciudades autónomas». En sus reuniones, estos integrantes han recibido asesoramiento y acompañamiento de otros técnicos y expertos de sus respectivas administraciones. El objetivo era definir las líneas de evaluación, el alcance, los objetivos, los parámetros y todos aquellos elementos necesarios para llevar a cabo una auditoría independiente lo más completa posible del conjunto del sistema en relación con el Covid-19.
Cuando arrancaron los trabajos para organizar esta auditoría de la Sanidad española, para ver qué ha fallado al afrontar la pandemia del coronavirus, todo eran buenas palabras. «La evaluación de las actuaciones realizadas por parte de las distintas autoridades sanitarias durante la pandemia, así como de las fortalezas y debilidades del Sistema Nacional de Salud al inicio de ésta, permitirán adoptar las decisiones conjuntas que correspondan para reforzar la vigilancia epidemiológica, los servicios de salud pública y el conjunto del sistema asistencial», apuntaban a pesar de que ahora los plazos no se han respetado.
«El objetivo es transitar hacia una Sanidad más robusta, flexible y resiliente que permita afrontar con las máximas garantías los futuros desafíos y crisis sanitarias», agregaban desde el Ministerio en ese momento. «El modelo de gobernanza de la Sanidad se sustenta en el Consejo Interterritorial como órgano permanente de coordinación, cooperación, comunicación e información en materia sanitaria entre la Administración General del Estado y las comunidades», concluían.
Algunas regiones como Castilla-La Mancha, gobernada por el PSOE, sí ha realizado ya una auditoría sobre su Sanidad. Por otra parte, un grupo de prestigiosos científicos e investigadores españoles solicitó ya en verano una «evaluación independiente e imparcial, por un panel de expertos internacionales y nacionales» sobre la gestión del coronavirus en España, según una carta que publicaron en la prestigiosa revista Lancet.
Reclamación de expertos
La investigación, según este grupo de veinte científicos, entre los que se encuentran Alberto García-Basteiro, Margarita del Val y Carles Muntaner, debía centrarse «en las actividades del Gobierno Central y de los gobiernos de las 17 comunidades autónomas». Apuntaban a tres áreas que había que examinar: «Gobernanza y toma de decisiones, asesoramiento científico y técnico, y capacidad operativa». «Además -decían- deben tenerse en cuenta las circunstancias sociales y económicas que han contribuido a hacer que España sea más vulnerable, incluidas las crecientes desigualdades».
Los investigadores firmantes avisaban que esta auditoría de la gestión del Covid-19 «no debe concebirse como un instrumento para distribuir la culpa. Más bien, debe identificar áreas en las que la salud pública, y el sistema de salud y asistencia social deben mejorarse». España necesita una «evaluación exhaustiva de los sistemas de salud y asistencia social para preparar al país para nuevas oleadas de COVID-19 o futuras pandemias, identificando debilidades y fortalezas, y lecciones aprendidas», concluían.
En su carta, estos expertos se preguntan cómo es posible que España, con «uno de los sistemas de salud con mejor desempeño del mundo», esté ahora en la posición tan mala en el ránking internacional respecto a los casos de Covid-19. Destacaban las miles de muertes sumadas a «más de 50.000 trabajadores de la salud infectados y casi 20.000 muertes en residencias de ancianos».
«Las posibles explicaciones apuntan a una falta de preparación para una pandemia», con sistemas de vigilancia débiles, baja capacidad para las pruebas de PCR, y escasez de equipo de protección personal y equipo de cuidados críticos, enumeraban, a lo que añadían «una reacción tardía de las autoridades centrales y regionales, procesos lentos de toma de decisiones, altos niveles de movilidad y migración de la población, escasa coordinación entre las autoridades centrales y regionales, escasa dependencia del asesoramiento científico, envejecimiento de la población, grupos vulnerables que experimentan desigualdades sociales y de salud y falta de preparación en las residencias de ancianos».
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y países como Suecia sí han aceptado la necesidad de dicha revisión como un medio para aprender del pasado y prepararse para el futuro. «Alentamos al Gobierno español a considerar esta auditoría de la gestión del Covid como una oportunidad que podría conducir a una mejor preparación para una pandemia, prevenir muertes prematuras y construir un sistema de salud resiliente, con evidencia científica en su núcleo», zanjaron.