PODEMOS PIERDE EL JUICIO ANTE OKDIARIO

Así evitó la Justicia caer en la pantomima mediática que diseñaron Iglesias y Montero

Pablo Iglesias e Irene Montero.
Pablo Iglesias e Irene Montero.

Cuando James M. Cain publicó en 1934 la novela El cartero siempre llama dos veces ni por asomo se podía imaginar que la moraleja implícita en su obra podía servir para retratar a un partido político llamado Podemos, a su máximo líder Pablo Iglesias y a su consorte Irene Montero. La pareja podemita vive instalada desde hace tiempo en la casta del populismo, la manipulación y el victimismo. No sólo son unos expertos en el lenguaje de la distorsión, sino que además dominan una puesta en escena rica en atrezzo, vestuario y caracterización dignos de un Goya. Pero la Justicia no cayó en la trampa diseñada por ellos y sus terminales mediáticas.

Basta mirar cómo la pareja se presentó en la vista del juicio para reconocerles sus dotes interpretativas. La escena se asemejaba más a la de un velatorio que a la de un juicio por un supuesto delito de acoso. Pero ninguno de los periodistas allí presentes se percató de la pantomima ni lo reflejó en su crónica. El cometido era otro: una procesión camino de la hoguera para achicharrar a OKDIARIO. El guion estaba ya escrito y así lo reflejaron los cronistas en sus informaciones: un periodista de este diario -aunque El País lo llama siempre “web”, no sé si ajustándose a su libro de estilo- había acosado con saña a unos niños de meses por lo que se merecía la condena de un año de prisión que reclamaba la Fiscalía, con un par de bemoles. Sin embargo, una nueva llamada del cartero -esta vez en formato sentencia judicial- les truncaba el próximo premio de la Academia del Cine al mejor guion adaptado.

El desenlace de la obra de J.M. Cain sirve también como metáfora para reflejar el destino predeterminado de Podemos e Iglesias: las trampas judiciales y la manipulación de los medios periodísticos -la mayoría con una pleitesía voluntaria- no evitarán que alguien siempre llame a la puerta dos, tres y hasta cuatro veces. Una vez más golpeada con el mazo de los tribunales.

El magistrado del Juzgado de lo Penal número 30 de Madrid plasma en su sentencia la realidad con claridad: “El periodista no se excedió en su ejercicio profesional” y “no fueron actos ilegítimos excesivos y ajenos al ámbito de cualquier periodista, que pretende efectuar su labor para contrastar una información… amparado en el derecho a la libertad de información reconocido en el artículo 20.1 de la Constitución Española”.

Iglesias se dejaba arrastrar una vez más por su obsesión enfermiza hacia OKDIARIO y quedaba en evidencia por enésima vez. Ya le había ocurrido con la tarjeta del Caso Dina, que lo convirtió en otro juego victimista en plena campaña electoral contra las cloacas periodísticas. Pero con la querella contra Alejandro Entrambasaguas cruzaba una línea roja: explotaba a sus menores para menoscabar la libertad de información. Como declaré ante el juez: a OKDIARIO nunca nos interesaron los niños de Iglesias, sino averiguar cómo pagaba las mensualidades a una cuidadora de día que ejercía de manera irregular, según los datos registrales de la Comunidad de Madrid.

¿Pagaba el matrimonio Iglesias/Montero el cuidado de sus niños en B? ¿Se preocupaba la pareja de que la trabajadora estuviera dada de alta en la Seguridad Social o en autónomos? ¿Pagaba sus impuestos? Son preguntas que siguen sin respuestas y a las que el juez tampoco le dedica tiempo en su sentencia. No estaría de más que los adalides de la transparencia y de la justicia social -al menos en campaña electoral- las aclararan ante la opinión pública.

Pero ese enfoque del proceso judicial no interesó a ninguno de los más de 15 periodistas que asistieron a la vista oral. Todos se centraron en la versión de la pareja podemita, vestida de luto para la ocasión, como se puede apreciar en la fotografía que reproducimos. Lo que dijera el periodista denostado, sentado en el banquillo, les importaba una higa. No merecía ni una línea. Y así, uno a uno -como replicantes distópicos- fueron enhebrando los lamentos de Iglesias/Montero. Casi todos: El País, El Español, EFE, El Plural, El Confidencial, Televisión Española… se prestaron al juego.

Y cómo no, los columnistas de Público y del Pravda podemita La Última Hora. Todos se dedicaron a verter carros de mierda basándose en la mentira. La campaña se servía aderezada con los exabruptos de los primeros espadas de Podemos: Echenique y Belarra, en especial. Incluso, ayer, tras la sentencia seguían en sus trece, incluyendo al magistrado en sus ataques endemoniados. Los estalinistas, educados como estalinistas y por estalinistas, padecen ese sarampión: ciscarse en el Estado de Derecho y en la división de poderes.

Otro juez en la lista de los fascistas

Y eso que Montero cuando llegó al juicio declaró: “Confiamos en la justicia y que se haga justicia para proteger a nuestros hijos frente al acoso». ¿Confiaban o no confiaban? Ahora, tras la sentencia, como el juez no les da la razón, pasa a formar parte de la abultada lista de fascistas y ultraderechistas que persiguen a Podemos. Y pronto, seguro, formará parte de las cloacas. Atentos a Público y La Última Hora.

El caso del acoso fake denunciado por Iglesias/Montero debería ser estudiado en las Facultades de Periodismo y analizado por la Comisión de Ética de la FAPE, siempre tan diligente en sus dictámenes. Sólo basta repasar algunos de los párrafos reproducidos en las crónicas judiciales.

La web de El País titulaba, con llamada en portada, el pasado 9 de febrero: “Iglesias y Montero, en el juicio contra un redactor de OKdiario por “acosar” a sus hijos: “Teníamos miedo”. Recogía en un subtítulo: “La Fiscalía pide una condena de un año de cárcel para un trabajador de la web”.

El autor de la información, J.J Gálvez -que ha desaparecido para informar sobre la sentencia-, escribía: “Los políticos de Podemos han narrado cómo el procesado acudió durante días a la casa de la mujer que cuidaba a los pequeños, que padecen una enfermedad respiratoria tras nacer de forma prematura. Entrambasaguas también se presentó en la vivienda cuando los niños se encontraban dentro. “Teníamos miedo”, han dicho los padres”.

Y para confundir los motivos verdaderos del reportaje de OKDIARIO y añadir unas dosis de victimismo afirmaba: “La pareja de políticos denunció en 2020 que sufrió durante meses un acoso diario. También en su domicilio de Galapagar (Madrid), donde viven con sus tres hijos. De hecho, se han abierto varios procedimientos ante esta situación”. Todo un totum revolutum.

La Vanguardia también se sumó al aquelarre periodístico con este titular: «Montero e Iglesias relatan el “miedo por sus hijos” por el acoso de un periodista». Y un apunte a favor de la pareja podemita: «La ministra de Igualdad sostiene que acudió al Juzgado como “madre” para proteger a sus hijos». Pero lo más grave es un sumario en el que se lee algo que es totalmente falso: «El redactor llamó reiteradamente a la cuidadora de los pequeños, cuyo móvil consiguió a través de los vecinos, y también llamó de forma insistente al portero automático de la vivienda donde estaban los pequeños».

La Cadena SER, la emisora hermana de Prisa, destacaba: “La Fiscalía solicita un año de cárcel para Alejandro Entrambasaguas por ese presunto acoso mientras exime a Eduardo Inda, representante legal de la empresa titular del periódico (Dos Mil Palabras S.L.) y denunciado inicialmente por Montero e Iglesias”. La misión era meter a toda costa el nombre de Inda en la información, que en ningún momento fue mencionado durante la vista oral.

El Español llegaba aún más lejos. Su redactora, Sara de Diego, se vaciaba en lindezas a favor de la versión de los Iglesias/Montero: «La situación no iba a parar y podía pasar cualquier cosa, ha añadido tras describir que tuvieron que cambiar sus rutinas ante la presencia del procesado, y que finalmente la cuidadora les dijo que dejaba de cuidar a sus hijos y tuvieron que llevarlos a la escuela infantil del Congreso ‘priorizando la seguridad’”.

También recogía en su información la desesperación del padre de los niños: “En esta misma línea, Pablo Iglesias ha relatado la situación «muy angustiosa» que padecieron aquellos dos meses, en la que él llegó a ver a Alejandro Entrambasaguas en una ocasión, dentro de un coche, y ante la que los escoltas le dijeron que, al haber asegurado el joven que era estudiante de Derecho, no podían hacer más que vigilar por si aparecía”. Todo mentira.

Los insultos de Echenique

Pero sobre la declaración del periodista querellado se mostraba parca en palabras: “Entrambasaguas, que ha respondido a las preguntas de todas las partes, ha tratado de justificar estas visitas y llamadas como parte de una investigación”. ¿Ha tratado de justificar?

Además, por si era poco, la periodista recogía los tuits en los que Belarra y Echenique insultaban al reportero de OKDIARIO. El portavoz de Podemos llegaba a decir: “Hoy es el juicio a Alejandro Entrambasaguas, un sicario a sueldo de Eduardo Inda (sí, el que tiene asiento fijo en La Sexta y Telecinco), por acosar a los hijos de Irene Montero y Pablo Iglesias. No tiene nombre lo que os han hecho”.

El Confidencial no se quedaba atrás. La autora de la información, Beatriz Parera, ya antes de iniciarse la vista destacaba la versión falseada de la Fiscalía para calentar el ambiente: “La Fiscalía también considera probado que el periodista ‘acudió al lugar donde los menores eran cuidados por la Sra., en concreto al domicilio de ésta sito en la localidad de Galapagar’. Una vez allí, llamaba ‘insistentemente a la puerta y al telefonillo, acudiendo a las zonas comunes de la urbanización donde habitualmente los menores iban con su cuidadora, incluso portando en alguna ocasión cámaras de grabación, con el fin de localizar a los mismos u obtener en su defecto información de estos, preguntando a los allí presentes, incluso a menores usuarios de dichas zonas infantiles’”.

Bastaba haber contrastado la versión reproducida con OKDIARIO para constatar que era una exageración de la fiscal de la causa, como demostraron todos los testigos, incluidos los citados por Iglesias/Montero, y destaca el juez en su sentencia. Nada de probada. Parera acompaña sus informaciones con su fotografía y la siguiente leyenda: “Ni de aquí ni de allá. Ni de uno ni de otros”.

Loreto Ochando, en El Plural, destacaba la versión victimista de Pablo Iglesias. “Ha explicado durante su declaración: ‘Mis hijos mayores son prematuros extremos y padecen una enfermedad respiratoria. Nos recomendaron que no estuvieran en una escuela infantil. Lo que Bárbara ofrecía era perfecto, cuando nos dijo que la acosaban los llevamos al Congreso poniendo la seguridad por encima de la salud. 45 minutos de ida y vuelta en coche, y estar en un aula de una escuela infantil’”.

Lo de EFE fue de aurora boreal. Tras publicar una información se vio obligada a modificar los titulares por la publicación de un tuit de Pablo Iglesias en el que recriminaba a la agencia pública de noticias.

Pero ni con estos ejemplos -con todos a su favor-, Iglesias se mostraba contento. Publicaba el siguiente tuit: “Hoy en Al Rojo Vivo, a diferencia del resto de televisiones, no han hablado del juicio al ‘periodista’ Alejandro Entrambasaguas de OK Diario por acosar a mis hijos. La fiscalía pide 1 año de prisión para él. Proteger a Inda y a OK Diario es indecente. Aquí va un mensaje”. E incluía un vídeo.

En La Sexta están a la espera de que el líder podemita emita otro mensaje con la sentencia judicial por la que se absuelve a OKDIARIO.

Los argumentos del magistrado

Otros columnistas de Público y La Última Hora, cruzaron la línea de la obscenidad. Espero que, tras leer la sentencia, comprendan que han interpretado el papel de Don Tancredo en la manipulación circense de Iglesias.

Félix Población escribía el mismo día de la sentencia -a eso se llama tino- en La Última Hora de Dina Bousselham sobre un podcast de Pablo Iglesias: “Posiblemente dará mucho de sí para hacer frente al periodismo de fango y letrina al uso abuso en este país, y otro silencio mediático aún más llamativo que ha pretendido acallar en un canal de televisión -se refiere a La Sexta- el hostigamiento y acoso llevado a cabo por un medio de información a la cuidadora y unos niños de corta edad, hijos de un vicepresidente y una ministra del Gobierno”.

Por otra parte, el articulista de Público, David Bollero, que se preocupa por “el broche” de mi carrera profesional -según él, “una verdadera lástima”-, coloca el dedo en la llaga cuando afirma: “Esta causa no es una cuestión de ideología, de derechas contra izquierda, por mucha carga política que traiga consigo. Es una cuestión de derechos, de salvaguardar la privacidad y la seguridad de las personas, máxime cuando se trata de menores”. Estoy de acuerdo. Ahora sólo falta que David Bollero cumpla sus principios tras leer la sentencia judicial, que no es de derechas ni de izquierda. Está dictada y “valorada toda ella a conciencia”, como reconoce el juez en su escrito.

Y para que los reticentes, escépticos y desconfiados acaten la palabra de la Justicia doy un repaso a los párrafos más significativos que ponen en valor la libertad de información. También se recomienda su lectura a algunos periodistas. La próxima vez, al menos, que recojan también la versión del querellado, aunque sea compañero periodista. Y para quienes derrocharon tanta tinta contra OKDIARIO que rebobinen la moviola y se percaten de la gran la campaña propagandista y de intoxicación de Iglesias/Montero. Pretendieron beneficiarse de una falacia, pero han chocado contra el muro de los tribunales.

Estos son los argumentos del magistrado del Juzgado de lo Penal, a quien Podemos y sus mariachis desde ayer ya están criminalizando:

-“Dada la repercusión pública de los progenitores por tener cargos políticos de notoria relevancia, el acusado en su condición de periodista pretende iniciar una investigación sobre las condiciones en las que de desarrolla su actividad la cuidadora”.

-“El delito de acoso no permite la ampliación del concepto de agraviado a otra persona distinta” – en referencia al matrimonio Iglesias/Montero-, los querellantes no fueron sujetos pasivos del delito al no recaer ninguna acción…, pues ni vieron ni escucharon nunca nada de lo que pudo hacer el acusado”.

-“Ni siquiera los querellantes fueron perjudicados directos por los hechos objeto de acusación”.

-“La interposición de la querella por Iglesias y Montero privó a la perjudicada de esta facultad pues ellos decidieron por ella”.

– “Aunque existiera legitimación tampoco se puede estimar que la conducta del acusado pudiera ser constitutiva de infracción penal”.

– “Fueran cuatro o cinco llamadas en el peor de los casos en el plazo de un mes prácticamente es irrelevante ….. la conducta del periodista no fue desproporcionada”.

-“A la vista de las declaraciones de los testigos y demás pruebas practicadas, valorada toda ella en conciencia…… sólo puede conllevar la absolución del acusado”.

-“La actuación del acusado no constituyó un delito pues ni los actos en sí mismos, ni por la forma en que fueron ejecutados, ni por su número, ni por el lapso temporal en el que se realizaron permiten considerar la existencia de hostigamiento típico, aunque los mismo generasen una inquietud muy relevante”.

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