Aragonés prevé adelantar las elecciones si hay Gobierno PP-Vox el 23J para movilizar al separatismo

El resultado de las elecciones generales del 23 de julio puede provocar un nuevo adelanto electoral en España. Ahora en Cataluña. El president de la Generalitat, Pere Aragonés, prevé adelantar los comicios si PP y Vox suman para formar Gobierno con el objetivo de movilizar al separatismo, avivando el miedo a un «Gobierno de las derechas». Un movimiento que persigue también evitar el avance del PSC, que vuelve a ser primera fuerza, y el ascenso de Salvador Illa al poder.

En el palacio de la Generalitat trabajan en este escenario desde el pasado 29 de mayo, justo cuando Pedro Sánchez anunció el adelanto electoral. Ya el día anterior, cuando se confirmó la debacle del separatismo que afectó especialmente a ERC tras sus pactos con el PSC, en el equipo de Aragonés se analizaron las dificultades que tendría el actual Gobierno para llegar al final de la legislatura, como inicialmente preveía el president de la Generalitat.

Con únicamente 33 escaños de los 135 representantes que ocupan un sillón en el Parlament de Cataluña, Pere Aragonés gobierna en minoría desde el pasado mes de septiembre. Entonces su socio, JxCAT, decidió romper el acuerdo de gobernabilidad y abandonar el Ejecutivo catalán. ERC optó por configurar un gobierno en solitario y tratar de aguantar los dos años y medio de mandato que le quedaban con pactos puntuales como el que permitió la aprobación de los Presupuestos con el PSC, aunque con muchas dificultades.

Los socialistas de Illa optaron por apoyar al Govern separatista en minoría con las cuentas públicas conscientes de que poco a poco se irían desgastando. Algo que el resultado del pasado 28 de mayo constató en las urnas. Aragonés quiere frenar esa sangría, que se evidenciará también en las generales del 23J con todos los sondeos situando al PSC en resultados previos al procés, recordando lo que ocurrió en Cataluña en 2017 con un Gobierno del PP.

Investidura de Sánchez

La otra opción de gobierno, la liderada por Pedro Sánchez, es más del agrado de los independentistas que han hecho lo que han querido con él a lo largo de los últimos cinco años. Los tres partidos con representación en el Congreso y que se presentan a los comicios del 23J trabajan en un acuerdo programático que se dará a conocer en los próximos días, en el que pactarán el obligar a Sánchez a poner pregunta y fecha para la celebración de un referéndum en Cataluña a cambio de su investidura.

Es el «precio más caro» que los independentistas pretenden hacer pagar a Pedro Sánchez si les necesita, como todo hace prever, para reeditar una coalición de izquierdas. En la anterior investidura los de Aragonés ya le forzaron a ceder en la mesa de negociación del referéndum para facilitar su investidura. Uno de los compromisos de esa mesa, precisamente, era el de encontrar una solución al embrollo político catalán antes de finalizar este año. Una opción que se ha desvanecido por el adelanto electoral de Sánchez.