Comité Federal PSOE

Alegría celebra la renuncia de Salazar horas después de defender su «integridad»

La ministra pasa de respaldar al político socialista a considerar "necesario" su paso a un lado

El círculo íntimo de Sánchez se desploma: dimite Paco Salazar tras las acusaciones de acoso sexual

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Rodrigo Villar

La ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, ha protagonizado este sábado una llamativa pirueta dialéctica tras conocerse las acusaciones de acoso contra Francisco Salazar, dirigente del PSOE que ha tenido que renunciar a varios cargos orgánicos e institucionales por la polémica. Alegría ha pasado de defender la «integridad» del político socialista a limitarse a considerar «necesario» su paso a un lado, sin pronunciar, no obstante, una sola palabra de condena hacia los presuntos hechos denunciados.

En declaraciones frente a la sede del PSOE en Ferraz antes de conocer la información sobre las acusaciones contra Salazar, la ministra no dudó en salir en defensa de su compañero de partido con una vehemencia que ahora resulta incómoda: «A Paco Salazar le conozco desde hace muchos años, ha sido y es un compañero íntegro», llegó a afirmar Alegría, quien incluso destacó que «algunas de sus colaboradoras que trabajaron con él en Moncloa después estuvieron trabajando conmigo en el Ministerio de Educación».

La ministra no se conformó con esta defensa y quiso ir más lejos, asegurando que «siempre me ha parecido un compañero absolutamente íntegro», palabras que resuenan con especial ironía tras conocerse las graves acusaciones que pesan sobre el dirigente socialista.

Sin embargo, cuando los periodistas le trasladaron la información sobre las acusaciones de acoso, el discurso de Alegría cambió radicalmente, aunque sin llegar a condenar explícitamente los hechos denunciados. «Yo le conozco de hace muchos años y no conocía esa información. El paso que ha dado era necesario», se limitó a declarar la ministra, en una respuesta que evita cuidadosamente cualquier reprobación directa hacia la conducta denunciada.

La responsable de Educación se refugió en la línea oficial del partido, mencionando que «el PSOE no se puede permitir ninguna mancha que ponga en cuestión nuestro trabajo en favor de la igualdad», una declaración que, paradójicamente, reconoce implícitamente que el caso Salazar constituye precisamente esa «mancha» que tanto dice rechazar.

Alegría intentó desviar la atención hacia otros temas, asegurando que el objetivo principal del partido es «seguir dedicándose a la política útil… mejorando las becas, las pensiones, practicando la política que está mejorando la clase trabajadora».

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