Los móviles de los agresores de Alsasua: «Los guardias nos han intimidado los hijos de puta»
Los acusados por agredir a dos agentes de la Guardia Civil el pasado 15 de octubre en un bar de Alsasua (Navarra) tenían obsesión por borrar las pistas sobre su implicación en los hechos.
Así consta en el informe de la investigación, al que ha tenido acceso OKDIARIO, en el que se concluye que borraron varios mensajes de sus teléfonos móviles que les relacionaban con la agresión. Esa eliminación de datos tenía como fin «dificultar o incluso impedir la obtención de pruebas”, según los investigadores.
Uno de los mensajes más destacados que se incluyen en ese informe es el que implica al alcalde de la localidad, Javier Ollo (Geroa Bai). Horas después de la brutal paliza, el regidor mantuvo una conversación con uno de los acusados, Iñaki Abad, a través de Facebook Messenger. En ella, éste le pedía que “a pesar de lo intempestivo de la hora” se personase en el local de la agresión. «Aúpa tío. Me parece que tenías que hacer acto de presencia, tío. Te hemos llamado desde este mobil. Se an sobrado los guardias y forales con la porra. Si más”, le informa.
Según el análisis de su móvil, Abad llegó a desinstalar la aplicación de WhatsApp, para después volverla a instalar. Su máxima preocupación era dejar pistas en los teléfonos. Así consta en otra de sus conversaciones, varios días después de la agresión, en la que advierte: “…no quiero comentar nada. Ni que se hable nada fuera de lugar en el grupo. La cosa está en Madrid (sic) y se está poniendo seria”.
El informe destaca que, en este caso, “en ninguno de los casos” el agresor “expone su inocencia o alguna muestra de incredulidad o asombro por haber sido relacionado con los hechos referidos a través de los medios de comunicación”.
El informe constata que los detenidos trataron de torpedear la investigación de forma totalmente deliberada, utilizando incluso aplicaciones que impiden la recuperación de datos de telefonía (“Secure Wipe”) cuando se sabían ya investigados o Snapchat, que permite la destrucción automática de mensajes.
Alguno llegó incluso a cambiar de número de teléfono móvil, como así queda patente en los mensajes de la novia y un amigo de uno de los acusados, Jon Ander Cob.
Los investigadores destacan que Cob decidió cambiar de número de móvil el mismo día en que se publica el auto por el que el caso sería instruido por la Audiencia Nacional, el tribunal competente en delitos de terrorismo.
Llamativo es el mensaje en el que, cinco días después de la paliza, uno de los detenidos, Julen Goicoechea, contacta con su madre tras no haber podido atender una llamada por encontrarse realizado un examen. “Ama, que quieres?? Que tengo azterketa (examen) y me estás ponindo nervioso… (sic)… Si tienes malas noticias mejor guardatelas!!”, a lo que la madre responde: “Todo bien cariño, suerte con el examen”.
Entre los mensajes recuperados abundan además las referencias de odio hacia la Guardia Civil, con insultos como “hijos de puta”. En una de las conversaciones a través de un grupo de WhatsApp en el que participa Abad se advierte de la presencia de agentes en un bar de la localidad, lo que es interpretado como una provocación.
Los nueve acusados por la agresión serán juzgados por presunto delito de terrorismo en concurso con delitos de atentado, lesiones, provocación a la discriminación, odio o violencia contra grupos.
Juzgados por terrorismo
En un auto, fechado el pasado 1 de febrero, la juez da por concluido el sumario y remite el caso a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para que lo juzgue. Tres de los presuntos agresores están aún en prisión provisional. El resto quedaron en libertad el pasado 20 de diciembre, con la obligación de presentarse dos días a la semana en el juzgado más próximo a su domicilio. La juez les prohibió salir de España y les retiró el pasaporte.
La juez procesó a los nueve presuntos agresores el pasado 21 de diciembre, tras considerar que los delitos que se le imputan están «indiciariamente acreditados».
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