Ayuntamiento de Barcelona

Colau deja sin casco a los nuevos policías y obliga a los veteranos a compartirlo en plena pandemia

Ada Colau
Agentes de la Guardia Urbana de Barcelona llevando cascos. (Foto: Europa Press)
Gonzaga Durán

El Ayuntamiento de Barcelona liderado por la podemita Ada Colau no ha proporcionado cascos para patrullar en moto a una nueva promoción de la Guardia Urbana formada por 180 agentes. La policía local barcelonesa no tiene suficiente dotación de esta herramienta y la alcaldesa propone al resto de los agentes que compartan sus cascos con los recién llegados, en pleno auge de contagios por coronavirus.

Así lo ha denunciado la sección sindical de CSIF en el Ayuntamiento de Barcelona sobre la nueva promoción 93B de la Guardia Urbana de Barcelona, formada por 180 agentes. El sindicato advierte también que el casco es un «elemento de protección individual y no colectiva, por tanto, los agentes que disponen de casco no pueden compartirlo».

«Esto demuestra, una vez más, la dejadez de este gobierno para que los empleados públicos trabajen dignamente. Esta práctica demuestra los recortes económicos que este gobierno está haciendo en la seguridad pública, ya que no dotarnos de los elementos básicos, pone en riesgo a los agentes. Es sin duda una falta de previsión, planificación y dejadez», añade CSIF.

El sindicato también ha instado a Ada Colau y al responsable de relaciones laborales y presidente del Comité de Seguridad y Salud Laboral a que «corrijan esta situación y se den las órdenes oportunas para que los agentes que no disponen de este elemento de protección individual no realicen este tipo de servicio, hasta que la Administración se lo asigne».

En su escrito, advierten a la alcaldesa de que esta falta de equipamiento vulnera la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de Riesgos Laborales y otras disposiciones legales. También alertan al Ayuntamiento de Ada Colau de que estas prácticas son «totalmente contrarias a las indicaciones que las autoridades sanitarias están haciendo llegar a las administraciones».

Para el CSIF, que 180 nuevos agentes de la Guardia Urbana tengan que compartir su casco con el resto de sus compañeros «es una irresponsabilidad y temeridad». «Eso es tanto como decir que compartan los guantes, los zapatos, las prendas de vestir en general, etc…», añade. El sindicato remarca también que se reservan «el derecho a interponer denuncia por vulneración de derechos» en caso de que la alcaldesa Ada Colau no cumpla con este requerimiento.

Agentes contagiados

Hace un mes, un agente de la Guardia Urbana denunció que fue contagiado de coronavirus tras la decisión de Albert Batlle, teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, de que los policías no llevasen mascarilla para no «generar alarma social».

El agente afectado aseguró a través de un documento que su situación se podría haber evitado si se hubiera «llevado a tiempo y de forma adecuada, primando la salud de los trabajadores por encima de la imagen corporativa y no a la inversa como ha sido el caso».

«Se nos indicó de forma expresa la prohibición de utilizar durante la jornada laboral mascarilla de protección», afirmó en un escrito en el que explicaba las pautas que se les dio en ese momento para «no generar alarma social» ante los ciudadanos y el resto de empleados públicos del Ayuntamiento de Barcelona.

Tras diez días trabajando sin mascarilla, el agente informó de que tenía fiebre, malestar general, dolor de cabeza y escalofríos. A pesar de ello, cuando acabaron sus días de libranza tuvo que incorporarse sin haberse realizado la prueba de detección del coronavirus. Semanas más tarde, cuando finalmente se hizo el test, recibió la noticia: su PCR había dado positivo en coronavirus. El resultado se repitió días después, por lo que tuvo que causar baja laboral durante ese tiempo.

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