La acogida de los 629 inmigrantes del ‘Aquarius’ era imposible: muchos no hubieran llegado con vida
Las prisas del Gobierno socialista de Pedro Sánchez para apuntarse el tanto de la resolución de la crisis del Aquarius le llevaron este lunes a cometer una imprudencia. Y es que el Ejecutivo socialista hizo el anuncio de que el barco con 629 inmigrantes atracaría en el puerto de Valencia, tras ser rechazado por Italia. El ofrecimiento era imposible dado el estado de salud de muchos de los inmigrantes, que no habrían aguantado una travesía tan larga en solitario a bordo del Aquarius.
Además, Sánchez se adelantó, en otro gesto de improvisación, a las autoridades comunitarias y no esperó a la resolución del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo (MRCC) de Roma, conforme al protocolo que deben respetar los Estados miembros de la Unión Europea (UE). Este martes a primera hora, el Aquarius informó que el MRCC de Roma «planea» que dos buques de la Guardia Costera y de la Marina italiana acompañen y asistan al barco hasta España, transbordando a parte de los rescatados. Horas después, ese plan ha sido confirmado a la embarcación, según ha indicado la tripulación.
A las 14.30 de este lunes Moncloa envió un comunicado a la prensa que decía: «El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado instrucciones para que España cumpla con los compromisos internacionales en materia de crisis humanitarias y ha anunciado que acogerá en un puerto español al barco Aquarius, en el que se encuentran más de 600 personas abandonados a su suerte en el Mediterráneo»
Así mismo, la nota del Gobierno señalaba a continuación que «el destino de este barco será el puerto de Valencia, previa coordinación con la Generalitat valenciana». Y es que el presidente de esta comunidad, el socialista Ximo Puig, había ya ofrecido dicho puerto a la vicepresidenta y ministra de Igualdad, Carmen Calvo, autorizando así el dispositivo.
Un «puerto seguro»
Junto a ello, Moncloa también quiso destacar que «es nuestra obligación ayudar a evitar una catástrofe humanitaria y ofrecer ‘un puerto seguro’ a estas personas, cumpliendo de esta manera con las obligaciones del Derecho Internacional».
Sin embargo, el Ejecutivo socialista de Pedro Sánchez se precipitó en la gestión de esta crisis saltándose la normativa europea. Tal y como ha explicado el director de Frontex (la agencia comunitaria de control de fronteras exteriores de la UE), Fabrice Leggeri, con la anterior Operación Tritón puesta en marcha por dicho organismo «se había fijado claramente que todos los desembarcos» de los migrantes rescatados «deberían haber ocurrido en Italia». Pero con la nueva Operación Themis, activada desde el pasado febrero, son los Centros de Coordinación de Rescate Marítimo (MRCC) los que deben decidir dónde tiene que producirse el atraque.
Con la nueva ‘Operación Themis’ de Frontex, activada desde febrero, son los Centros de Coordinación de Rescate Marítimo (MRCC) los que deben decidir dónde tiene que producirse el atraque
Cuando el Ejecutivo de Pedro Sánchez dio por hecho que el barco con los 629 inmigrantes atracaría en el puerto de Valencia todavía no había ninguna decisión del MRCC de Roma, el encargado comunicar al capitán del barco dónde puede desembarcar a los migrantes. Este centro de coordinación, como órgano responsable de los rescates en esta zona del Mediterráneo, se puso en contacto con el MRCC de Madrid para analizar la situación, sobre todo atendiendo al delicado estado de salud de algunos migrantes.
Viaje de tres a cinco días
El barco Aquarius pertenece a la ONG francesa Sos Méditerranée. A través de Twitter, otra ONG gala que participó en el rescate de estos inmigrantes, Médicos Sin Fronteras, se pronunció así este lunes a las 19.45 horas: «El Aquarius agradece el gesto del Gobierno español, pero aún necesita instrucciones formales de los Centros de Coordinación de Rescate Marítimo de Roma y Madrid. Un viaje de tres días a Valencia en un barco que supera su capacidad máxima es inseguro».
De este modo, el Ejecutivo de Sánchez no habría calibrado el riesgo de llevar el barco desde su actual posición, entre Malta e Italia, hasta el puerto de Valencia, una distancia que puede traer complicaciones sobre todo para las siete mujeres embarazadas y los 15 heridos con quemaduras químicas serias (debido a la mezcla entre el agua del mar y el gasóleo durante la travesía) que se encuentran a bordo del Aquarius. Además, hay 123 menores no acompañados, 11 de ellos niños pequeños.
A última hora de la noche, con la embarcación todavía parada a 27 millas de Malta y a 35 de Italia y sin rumbo fijo, el buque Aquarius descartó viajar a España por la inseguridad que generaría un viaje de entre tres y cinco días hasta Valencia, según informó Euronews.
Desde Sos Méditerranée se consideró que el viaje supondría un riesgo para todos los que están a bordo. «Es inseguro para el barco, para la tripulación y para la gente rescatada», señaló la ONG francesa.