Abascal pide «más fuerza en las urnas» en 2026 para la «reforma profunda que España necesita»

El líder de Vox, Santiago Abascal, ha aprovechado su balance de fin de año para pedir «más fuerza» en las urnas en 2026 ante la «degradación acelerada» de la vida pública y la pérdida progresiva de soberanía nacional. Un «cambio de rumbo» que señala ya «han hecho otras naciones en el mundo», mientras España «sigue atrapada en la corrupción estructural», postulándose como la alternativa política que logre «la reforma profunda que necesita España».

En su balance, Abascal valora el cierre de 2025 como el final de una etapa que, a su juicio, ha llevado a España a una situación «trágica» y lanza a los españoles un mensaje de esperanza de cara al próximo año, con un llamamiento al «sentido común» que reclama Vox para «recuperar la soberanía, el control y el sentido común”, apelando a la movilización política de quienes, en sus palabras, «aman a España».

El presidente de Patriots ha recordado episodios de su pasado personal para reforzar su compromiso político ante lo que está por venir: «Yo voy a seguir luchando por ello mientras me quede aliento. No he hecho otra cosa desde el día en que me levanté, porque unos pistoleros pretendían decirme que no podía sentirme español en mi tierra».

«Por eso, estoy seguro de que millones de compatriotas se levantarán también para decir a los poderosos que España pertenece a los españoles, para decirles a quienes quieren imponer cárceles de tela, a las mujeres que son las españolas quienes eligen cómo vestir para decirles a quienes se enriquecen con la inmigración que van a empezar a arruinarse para mostrarles a quienes pretenden vivir del esfuerzo de los demás el billete de vuelta a su lugar de origen», ha sostenido en su mensaje lanzado en sus redes sociales.

El balance de Vox según Abascal para 2026

Abascal ha acusado al Ejecutivo socialista de haber conducido al país a una crisis institucional, económica y moral, extendiendo su crítica al Partido Popular, al que sitúa como parte de un «bipartidismo del consenso», responsable de la corrupción, la falta de reformas estructurales y la cesión ante el separatismo. Según el dirigente de Vox, ambos partidos han compartido decisiones clave que han derivado en una «política del desastre».

El presidente de Vox también se ha referido a los gobiernos autonómicos en los que su partido ha tenido un papel determinante, reconociendo su insatisfacción con los resultados obtenidos. En su balance, Abascal ha vuelto a justificar la salida de Vox de los ejecutivos regionales por la falta de «cambios profundos», defendiendo que  su formación cuente con mayor respaldo electoral para impulsar lo que considera soluciones «históricas».

Uno de los ejes centrales del discurso ha sido la inmigración. Abascal volvió a denunciar lo que definió como una inmigración «masiva e ilegal», a la que atribuye problemas de seguridad, presión sobre los servicios públicos y dificultades en el acceso a la vivienda. Asimismo, ha vinculado este fenómeno con una amenaza a la identidad nacional y con el avance del islamismo, en un planteamiento que reiteró la línea dura de Vox en materia migratoria.

El líder del partido también ha arremetido contra las políticas de la Unión Europea, especialmente en ámbitos como la agricultura, la industria y la pequeña y mediana empresa, describiendo como una burocracia «asfixiante» procedente de Bruselas y reiterando su rechazo a las agendas climática, fiscal y de igualdad de género, que «perjudican a los productores españoles y limitando las libertades individuales».