Ábalos pide a su familia que le envíen un cuaderno y «ropa térmica» porque se congela en su celda
Sus familiares aún no han podido verle y durante tres meses las visitas serán a través del cristal

José Luis Ábalos y Koldo García están pasando mucho frío en su celda de la cárcel de Soto del Real y el ex ministro ha pedido a sus familiares que le lleven ropa térmica a la prisión y un cuaderno en blanco en el que podrá escribir lo que necesite durante su estancia allí.

La calefacción brilla por su ausencia en Soto del Real, o al menos esto es lo que siente José Luis Ábalos cuando se acuesta tiritando en la celda que comparte con Koldo. Dice que no puede dormir bien, mientras su compañero Koldo se queja de sus ronquidos.
Las temperaturas gélidas de la sierra de Madrid no están dando tregua en la prisión y han alcanzado mínimas de un grado durante los últimos días. Ábalos ha podido ver la escarcha en las ventanas de la cárcel. Pero lo peor está por llegar y es que este martes y miércoles hay previsión de nieve en Soto del Real.
El propio Ábalos alertó de estas inclemencias meteorológicas a través de su cuenta de X, que está siendo gestionada por una persona de su entorno, en la que escribió: «Mi adaptación está siendo menos traumática de lo que esperaba. Eso sí, aquí hace mucho frío».
El ex ministro no preparó una buena mochila para pasar el mes de diciembre en Soto del Real y protegerse del frío. Sólo incluyó camisas y vaqueros, que no le están ayudando a abrigarse. De este modo, su hijo Víctor Ábalos le llevó de Valencia varios chándales calentitos, calcetines, jerseys y unas zapatillas deportivas de velcro para abrigarse.
El primogénito del ex ministro intentó entregarle la ropa en la prisión hace unos días, pero no pudo, ya que la cárcel tiene unos horarios para entregar paquetes. De este modo, le dio la bolsa a su pareja Andrea de la Torre, que ya ha acudido en dos ocasiones a la prisión de Soto del Real para intentar entregársela sin éxito.
Las normas de la prisión establecen que sólo pueden entregarle dos bultos al mes y los enseres serán supervisados por el personal de prisión.

Una almohada más dura
José Luis Ábalos se está adaptando a la prisión, aunque no disfruta de grandes lujos. Los presos tienen almohadas de viaje muy finas con las que es difícil conciliar el sueño.
Koldo ha conseguido una manta de otro peso y enrollándola está intentando utilizarla a modo de almohada más gruesa, mientras Ábalos tiene que seguir con la fina.
Buenas migas con los presos
Ábalos y Koldo han hecho buenas migas con los presos. El ex asesor ha hecho favores a algunos de ellos y el que fuera ministro se ha interesado por las historias que les han llevado a estar en el mismo lugar. En España hay miles de presos preventivos como ellos.
También se están dedicando a hacer deporte y han pedido libros para leer dentro de la prisión. Hay hasta ocasiones en las que Ábalos se siente aliviado al haberse quitado la presión mediática que tenía en la calle, en las inmediaciones de su domicilio, cuando estaba en libertad.
Las llamadas y visitas de Ábalos
José Luis Ábalos llama cada tarde a su familia. Su entorno recibe la llamada de un teléfono fijo desde el que pueden hablar con él, aunque a menudo hay interferencias, ya que las llamadas son escuchadas por personal de la prisión. Cada llamada dura tan sólo ocho minutos. También puede recibir cartas que serán leídas por los funcionarios de la prisión.
El ex titular de Transportes también podrá recibir en los próximos días sus primeras visitas. Para ello, su abogado tiene que facilitar un listado de familiares o amigos que quieran acercarse a verle.
Durante los tres primeros meses, sólo recibirá visitas a través de un cristal en lo que se conocen como comunicaciones. Tienen una duración de 40 minutos y estarán supervisados en todo momento por los funcionarios de la prisión.
Después de estos tres meses, José Luis Ábalos ya podrá tener vis a vis en una sala privada que tendrán que ser autorizados por los jefes de la prisión. No se admitirán teléfonos móviles en estos encuentros y los visitantes se someterán a un control de drogas antes de entrar.