El 50,2% de los españoles cree que Sánchez debe dimitir tras sus cinco días de «reflexión»
Un 50,2% considera que Sánchez debe anunciar su marcha, frente al 42,5% que apuesta por que continúe en la Moncloa
La mayoría de españoles cree que el presidente del Gobierno debería comunicar el lunes su renuncia tras expirar el plazo de cinco días que se ha dado para decidir si se mantiene o no como jefe del Ejecutivo. Un 50,2% considera que Pedro Sánchez debe anunciar su marcha, frente al 42,5% que apuesta por que continúe en La Moncloa, según las conclusiones de la encuesta de Data10 para OKDIARIO, que mide el pulso sobre el asunto que ha agitado la actualidad política. Hay además un 7,3% que no sabe o no contesta.
El resultado de la encuesta refleja la enorme polarización de la opinión pública sobre la decisión de Pedro Sánchez. Se observan, asimismo, importantes diferencias según el perfil ideológico del entrevistado. Hasta el 86,4% del votante socialista considera que Sánchez tiene que quedarse, mientras que apenas lo cree así el 2,2% en el PP. Entre los simpatizantes de Sumar, el apoyo al líder del PSOE se reduce hasta el 78,8% y entre los de Vox apenas llega al 0,6%.
Entre quienes opinan que Pedro Sánchez tendría que renunciar tras dejar España en situación de interinidad la encuesta revela que son mayoría los votantes de Santiago Abascal (94,5%) seguidos de los del PP (92,3%). Entre la izquierda, lo consideran así el 5,1% de los votantes del PSOE y el 12% de Sumar.
La sorprendente decisión de Sánchez con su parón como presidente ha generado un encendido debate en la sociedad española y muchas incógnitas sobre cuál será el desenlace. El jefe socialista lo comunicará este lunes, en una comparecencia ante los medios de comunicación.
Sánchez volteó el miércoles el panorama político con una «carta a la ciudadanía» en la que dejaba en el aire su continuidad como presidente del Gobierno. Desde entonces, todos sus actos -incluido el inicio de la campaña en Cataluña- han sido cancelados. «Necesito parar y reflexionar», afirma el jefe del Ejecutivo en su inédito comunicado, en el que denuncia una «operación de acoso y derribo por tierra, mar y aire» para hacerle «desfallecer en lo político y en lo personal atacando» a su esposa, Begoña Gómez.
«Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también», proseguía la comentada misiva a los españoles, que ha tenido un gran impacto internacional. En Moncloa y en Ferraz la decisión de Sánchez ha generado un profundo shock.
No es la primera vez que Sánchez hace un giro inesperado ante una situación delicada, aunque nunca de tal calibre. Cabe recordar, por ejemplo, su periplo para regresar a la Secretaría General del PSOE, en 2016, tras ser defenestrado. O la convocatoria anticipada de elecciones tras la debacle de las elecciones municipales y autonómicas del año pasado. El impasse de Sánchez se produce después de que un juez decidiese abrir una investigación a Gómez por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. El socialista, en su carta a la ciudadanía, se presenta en cambio como víctima de una «estrategia de acoso y derribo que lleva perpetrándose meses» por parte de «la máquina del fango» que encabezan, dice, Feijóo y Abascal.
El líder del PP, por su parte, ha tachado la carta de Sánchez de «espectáculo adolescente» y le ha reprochado que someta a España aun «bochorno internacional», actuando con una «frivolidad inaceptable». Feijóo ha criticado, además, que trate de «intimidar a jueces y periodistas».
Desde el miércoles, se han sucedido las reacciones a la decisión del presidente. También en las portadas de la prensa internacional, que destacan especialmente que Sánchez se plantea dimitir por la «investigación» a su mujer por «corrupción». Un término que el socialista trata de evitar por todos los medios.
El sábado, miles de simpatizantes y militantes socialistas se congregaron en Ferraz, durante la celebración del Comité Federal, para pedirle a su líder que no dimita. Los distintos barones y otros dirigentes territoriales tomaron la palabra en el cónclave del PSOE, convertido en un acto de exaltación sanchista, para acusar a la «derecha y la ultraderecha» de «destruir» a su secretario general. El encuentro terminó con los ministros fundiéndose en abrazos con los militantes congregados.
Escenarios
El escenario inédito que ha planteado Pedro Sánchez ha suscitado todo tipo de especulaciones.
Son varias las opciones. La dimisión sólo tiene un precedente, el de Adolfo Suárez en 1981. El líder de Unión de Centro Democrático (UCD) comunicó su decisión alegando que su marcha sería «más beneficiosa para España» que su permanencia en La Moncloa. «Mi desgaste personal ha permitido articular un sistema de libertades, un nuevo modelo de convivencia social y un nuevo modelo de Estado, pero, como frecuentemente ocurre en la historia, la continuidad de una obra exige un cambio de personas», alegó Suárez.
Si Sánchez se queda, cabrían varias posibilidades. Que haga borrón y cuenta nueva, y prosiga con su agenda pública como si nada hubiese ocurrido; que someta su continuidad a la decisión de las Cortes mediante una cuestión de confianza, o que convoque elecciones. En este caso, la convocatoria no podría producirse hasta finales de mayo, cuando se cumple un año de la anterior disolución de las Cortes. Los comicios se celebrarían, de nuevo, en pleno verano.