Prevaricación para el miembro del tribunal, anulación de la tesis para Sánchez
Abogados, catedráticos y juristas analizan y valoran para OKDIARIO la conducta jurídica y ética del miembro del tribunal Juan Padilla y del doctorando Pedro Sánchez que compartieron la autoría de un artículo que, más tarde, fue incorporado a la tesis. Las responsabilidades podrían ser de prevaricación y de falsedad para el vocal del tribunal que examinó a Sánchez y de nulidad de la tesis para el presidente del Gobierno.
«Un caso de prevaricación»
«Creo que el vocal del tribunal de la tesis que, previamente, fue coautor del artículo con Pedro Sánchez podría incurrir en los delitos de prevaricación y falsedad en documento público porque conoce de antemano los hechos: que el doctorando está utilizando en la tesis información suya y no la entrecomilla ni la cita en su trabajo de doctorado. Hay que tener en cuenta que el tribunal es un órgano administrativo que tiene que examinar al doctorando».
Sin embargo, para el letrado Teijelo, en la conducta de Sánchez lo que tiene una mayor importancia es lo que los sajones denominan la probity –en español, probidad–, es decir, el ejercicio de la honradez, de la «rectitud de ánimo» y la «integridad de obrar», como lo define la RAE.
«Al margen de las consideraciones jurídicas, hay que exigirles a los candidatos a doctores la excelencia. Si, finalmente, no se produce ninguna consecuencia penal es importante que el examinado demuestre su honradez». Jacobo Teijelo. Abogado penalista.
«Entrecomillar y definir las fuentes»
El profesor Felicísimo Valbuena, catedrático de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información durante tres décadas, ha dirigido 22 tesis doctorales. Su experiencia le lleva a afirmar que el doctorando tiene la obligación de «entrecomillar» y «definir las fuentes» sino se puede confundir como «original algo que no es de uno».
Sobre el trabajo de Padilla y Sánchez que luego fue incorporado a la tesis, Valbuena afirma: «Tendría que haber entrecomillado los párrafos del artículo publicado y distinguir lo que era suyo y lo que pertenecía al otro autor. Si no lo ha hecho así, si lo ha presentado como algo original, ha cometido una irregularidad».
Para Valbuena, la tesis plantea un problema: quién es el verdadero autor y de quien es cada parte. El catedrático aconseja que se realice un análisis de contenido para detectar las irregularidades del trabajo de doctorado: «Ole Hosti habla de autoría disputada, un concepto que obliga a hacer un análisis para conocer la autoría». Felicísimo Valbuena. Catedrático de CC. de la Información.
«Puede perder su condición de doctor»
Este profesor, que prefiere mantenerse en el anonimato por miedo a represalias, destaca que cualquier tesis tiene que someterse a un debate público. No entiende por qué Pedro Sánchez ha preferido mantener su contenido en secreto y bajo llave, hasta hoy, en un cajón de la Universidad Camilo José Cela cuando todo aspirante a doctorado pretende que su trabajo consiga el impacto y la notoriedad.
«Si la tesis tiene una parte importante de investigación ajena perdería la condición de tesis y, por tanto, podría anularse. Esos procedimientos son normales en otros países como Alemania donde se constituyen tribunales académicos para determinar si las tesis irregulares se anulan». Profesor de Derecho.
«Hay plagio aún cambiando palabras o el orden»
El consejero de Educación de la Comunidad de Madrid considera que existe plagio cuando existe «una cita textual del trabajo de otras personas sin el debido reconocimiento». El lector, según Van Grieken, debe saber qué partes son de unos u otros autores:
«También qué partes se basan en las ideas o en las expresiones de otros. Parafrasear el trabajo de otros cambiando algunas palabras, o el orden, o seguir muy de cerca la estructura de su argumentación es plagio porque uno saca sus expresiones o ideas del trabajo de otros sin reconocerlo»
Van Grieken mantiene que: «Deben reconocerse todas las fuentes empleadas en la elaboración del trabajo, tales como los consejos de compañeros u otros apoyos externos». Rafael Van Grieken. Consejero de Educación de Madrid.