Amenazan de muerte al dueño de un restaurante por quitar lazos golpistas de su local
Un grupo de CDR le rodea e insulta al grito de "¡Cerdo, fuera de Blanes!"
Un hostelero de Blanes (Gerona) ha sido amenazado de muerte quitar los lazos amarillos que habían colocado en su establecimiento. Manuel García retiró estos símbolos que reclaman la libertad de los golpistas encarcelados y un grupo de CDR comenzó a increparle. Los independentistas le han hecho llegar amenazas a él y a su familia. Le advierten de que podrían destrozarle el restaurante del que es propietario.
No es la primera vez que quita la simbología golpista de su local, pero cuando este jueves acudieron a su negocio la situación estuvo a punto de desbordarse. Los separatistas le rodearon gritándole todo tipo de insultos como «¡Hijo de puta!», «¡Marrano!» y «¡Cerdo!» por tirar al suelo los lazos. Una tensa escena que fue grabada en vídeos que circulan por las redes sociales, y en los que se escucha a dos de los independentistas en actitud violenta chillarle: «¡Fuera de Cataluña!» y «¡Fuera tú de Blanes!».
El empresario ha asegurado este viernes en el programa Espejo Público de Antena 3 que los radicales han acudido dos veces a su local, y que tanto él como su familia están sufriendo amenazas. Afirma que no se irá y dice que la tan tomado con él porque les «hace frente». «Los quito delante de ellos. En mi propiedad tienen que respetar lo que yo digo», afirma.
García ha denunciado amenazas por parte de los independentistas asegurando que «actúan con alevosía e impunidad» ya que los CDR ‘visitan’ su restaurante cercano a la playa para acosarle y obligarle a colocar lazos amarillos. El empresario señala que sabe quiénes son los energúmenos «Aquí nos conocemos todos y por supuesto que los conozco», afirma.
Este empresario está dispuesto a «plantarles cara» pero ha decidido hacer públicas las amenazas que ha recibido. Un nuevo episodio (aunque en este caso sin agresiones como en Barcelona) provocado por los separatistas que han invadido de simbología golpista las calles de Cataluña, y a lo que cada vez están menos dispuestos muchos ciudadanos.