"Manel, mañana encontraremos un hueco para hablarlo"

El mayor Trapero conocía el sistema de espionaje político de los Mossos

Josep Lluís Trapero
El actual Jefe de los Mossos, Ferran López, y su antecesor, el imputado Josep Lluís Trapero.

El mayor Josep Lluís Trapero conocía el sistema de espionaje político de los Mossos. Estaba al corriente de la unidad de seguimiento a políticos y periodistas, al menos, desde julio de 2015, tal y como consta en el material incautado por la Policía entre los documentos que los Mossos pretendían destruir en una incineradora.

En esos documentos, tal y como refleja en su informe el Cuerpo Nacional de Policía, se detalla una reunión que se mantuvo el 20 de julio de 2015. Una reunión que se convocó precisamente porque se estaban filtrando informaciones sobre los espionajes realizados por los Mossos realizados a los defensores del entorno constitucionalista, tanto miembros de partidos, como de asociaciones civiles, como periodistas.

En ese momento “la Consejería de Interior convoca a una reunión a los máximos responsables de Interior, y el mismo día el Comisario Jefe de la Jefatura de los Mossos, Josep Lluís Trapero, remite correo al Comisario Jefe de la Comisaría General de Información de los Mossos, Manel Castellví”. En ese correo, literalmente se lo quita de encima y, en relación a la reunión propuesta por la cúpula política, únicamente le dice: “Manel, mañana encontraremos un hueco para hablarlo”. Sin constar posteriormente que la reunión se celebrase o no.

Trapero lo sabía

La propia Policía aclara en su informe que la duda que mantienen es si “los nuevos responsables políticos desconocían el servicio de espionaje catalán, o bien lo conocían y debían establecer estrategias policiales y políticas”.

Pero de lo que no duda la Policía es de que quien sí lo conocía era el mayor Trapero, el mismo que decidió dar largas para explicarlo en “un hueco”.

El documento se complementa con las decisiones llevadas a cabo por Artur Mas, quien multiplicó los medios de los Mossos para disparar las actuaciones de espionaje político. Lo hizo dotándoles de programas informáticos y virus especializados en el pinchazo de teléfonos, en el hackeo de ordenadores y correos electrónicos, y poniendo a su disposición aplicaciones que permitían el “ataque, infección y control de un gran número de objetivos de ordenadores y smartphones de manera sigilosa”, como afirma la Policía. Y todo ello estuvo operativo en el periodo de mando de Trapero.

Los informes que narran como el ex presidente de la Generalitat, Artur Mas, se dedicó a potenciar los medios que permitían a los Mossos centrarse en el espionaje político, aparecen igualmente reflejados entre la documentación incautada al cuerpo policial autonómico en el momento en el que pretendían destruirla en una de las incineradoras de Cataluña.

Trapero
Josep Lluís Trapero, Mayor de los Mossos, con Puigdemont, Forcadell y Junqueras

Para el pirateo y espionaje

Entre esos informes se puede leer como los Mossos contaban con dos programas informáticos pensados para el más puro pirateo y espionaje. El primero de ellos era el denominado Cerberus, un programa especializado en el saqueo de datos telemáticos y en la activación remota de los terminales. Ese programa informático fue reclamado y exigido por la Generalitat bajo el mandato de Artur Mas.

El segundo de los programas era el denominado “en clave como Galileo, utilizado para atacar, infectar y controlar a un gran número de objetivos de ordenadores y smartphones de manera sigilosa”. El sistema de espionaje Galileo “se introducía en cualquier sistema informático, ofimático, de comunicación, incluso del micrófono, cámara, llamadas de voz, etc. con todas las aplicaciones de redes sociales del mercado”, apunta la Policía en base a la documentación salvada del intento de destrucción por parte de los Mossos.

Todo ello formaba parte del trabajo diario de una unidad en concreto de los Mossos: la conocida como UCRO. Unidad que, una vez más, dependía el mayor Trapero.

Es más, entre los documentos incautados por la Policía a los Mossos se incluían los justificantes de pago con partidas completas de fondos reservados destinadas a la UCRO. Unos justificantes que empezaron a aparecer de forma masiva en la misma época en la que los medios de los Mossos para el espionaje se disparaban.

Gastos reservados

“A lo largo del informe se detalla la numerosa documentación relativa a gastos reservados generados por las diferentes unidades centrales y regionales de la Comisaría General de Información” de los Mossos, señala el informe policial. Pero, “mención aparte merecen los numerosos gastos generados por la Unidad denominada UCRO (Unidad Central de Recursos Operativos)”, señala el mismo informe.

Se trataba de una verdadera policía política al servicio de la Generalitat. De una unidad “incardinada en la Comisaría General de Información de Mossos”, cuya “estructura y componentes no se han hecho públicos” nunca, y a la que “se le atribuyen las investigaciones de carácter más delicado”. Así lo resume la Policía Nacional. Y una unidad a la que parece que se dirigían los denominados programas de espionaje. Porque el objetivo no era otro que multiplicar los casos de seguimientos a candidatos de los partidos constitucionalistas, principalmente PP y Ciudadanos, y a las asociaciones civiles que defendían el constitucionalismo y la unidad de España.

Y esos casos de espionaje, una vez más, sucedieron durante el mandado de Trapero al frente de los Mossos.

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