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El truco de Bill Gates para entrar en Harvard que puedes usar para buscar empleo: serás el candidato perfecto

Bill Gates Harvard
Bill Gates en un evento. (Foto. Gtres)
Blanca Espada

Si estás en plena búsqueda de trabajo, probablemente ya habrás oído mil veces que tu perfil y sobre todo el currículum que presentes a las empresas debe ser atractivo y destacar por encima del de los demás. Pero, ¿cómo se logra eso en un mundo laboral cada vez más competitivo y saturado de candidatos? La respuesta puede estar en una estrategia tan antigua como eficaz: adaptar tu perfil a cada oferta. Puede sonar a tópico, pero si lo piensas, tiene todo el sentido del mundo. Una idea que nace a partir de un truco explicado por Bill Gates cuando quiso entrar en Harvard.

Si presentas tu candidatura a varias empresas, ¿siempre entregas el mismo currículum? Aunque pertenecen al mismo sector, no son la misma compañía, entonces, ¿por qué no hacer ligeros cambios? En su autobiografía Código fuente: Mis inicios, el fundador de Microsoft, desvela cómo, en lugar de enviar una única solicitud generalista, se presentó de forma distinta en cada universidad a la que aspiraba: Yale, Princeton y Harvard. No mintió, simplemente supo resaltar distintas partes de sí mismo según lo que buscaba cada institución. Un ejercicio de marketing personal que hoy sigue siendo igual de válido, sobre todo cuando hablamos de conseguir empleo. Y es que no se trata de inventarse habilidades ni de exagerar logros, sino de enfocar tu presentación hacia lo que la empresa necesita ver. Y aquí es donde este truco de Bill Gates cobra sentido para cualquier candidato: personalizar tu candidatura como si fuera un traje a medida. Veamos ahora cómo puedes aplicar esta estrategia paso a paso y por qué puede ser la clave para convertirte en el candidato perfecto.

El truco de Bill Gates para entrar en Harvard

Cuando Bill Gates tenía que decidir a qué universidad asistir, no sólo pensaba en su futuro académico, sino también en cómo comunicar quién era realmente. Y lo hizo de una manera poco convencional: se inspiró en las clases de teatro a las que asistía.

En dichas clases, que dio en su último año en secundaria, aprendió un ejercicio que consistía en interpretar a tres personajes. De este modo entendía como una misma persona puede ser otras tres distintas a la vez. Una técnica o truco que él mismo define como un actor, tres personajes. 

A partir de esto, y según explica el propio Gates, cada solicitud era como una pequeña representación en la que adoptaba un rol distinto, sin dejar de ser él mismo. Así, para Princeton se presentó como un prometedor ingeniero de software, para Yale como un joven con vocación política, y para Harvard como un aspirante a empresario con alma jurídica.

Esta forma de presentarse no era una impostura, sino una muestra de inteligencia emocional. Bill Gates no mintió en ninguna de sus solicitudes. Simplemente supo qué parte de sí mismo tenía más valor en cada contexto.

Cómo aplicar este truco al mundo laboral

Aplicado al mundo laboral, esto significa que tu currículum y tu carta de presentación deben adaptarse a cada empresa, a cada puesto. Si la vacante es para un puesto de analista de datos, destacar tu creatividad en diseño gráfico quizás no sea la mejor idea. Pero si optas a una plaza en una agencia de marketing digital, esa habilidad puede marcar la diferencia. La clave está en comprender que no se trata de cambiar quién eres, sino de resaltar lo que más importa en cada situación.

Pero para cada empresa a la que te presentes, debes resaltar aquello que te interese pero de la forma más honesta y sincera posible. Por ello resulta esencial que todo lo que incluyas en tu currículum tenga un reflejo en tu experiencia real. Puedes tener muchas facetas y talentos, pero no todos son útiles para cada puesto. Igual que Gates no habló de sus conocimientos de arte dramático cuando aplicó a Princeton como futuro ingeniero, tú tampoco necesitas mencionar tu pasión por la repostería si aspiras a una plaza en el departamento de contabilidad. Prioriza lo que aporta valor. Y hazlo como decimos, con honestidad.

Además, es importante recordar que muchas empresas utilizan hoy en día sistemas automáticos de selección, conocidos como ATS (Applicant Tracking Systems). Estos programas filtran los currículums que no contienen ciertas palabras clave o habilidades. Por eso, adaptar tu candidatura no sólo  mejora tu imagen ante el reclutador humano, también aumenta tus probabilidades de pasar el primer filtro automatizado.

Un currículum adaptado con la ayuda de la inteligencia artificial

A partir de lo revelado por Bill Gates, puede que quieras poner en práctica su consejo y adaptar tu currículum en función de cada empresa a la que te presentes. Algo que puede resultar un poco tedioso, e incluso caótico si no sabes cómo hacerlo o por dónde empezar. Sin embargo hoy en día, puedes recurrir a la inteligencia artificial.

De este modo, herramientas como ChatGPT pueden ayudarte a identificar qué palabras clave debes incluir, cómo reordenar tus logros o incluso cómo redactar un resumen profesional que enganche desde la primera línea. No se trata de que una máquina haga el trabajo por ti, sino de apoyarte en ella para pulir los detalles y con ello, que puedas presentar la mejor candidatura de todas, y que te haga destacar por encima de los demás.

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