La SEPI no nacionaliza Duro Felguera por miedo a que Europa revise y sancione el rescate que hizo en 2021


Se agota el tiempo para la salvación de Duro Felguera (el plazo vence el 12 de junio) y la SEPI no da su brazo a torcer: como adelantó OKDIARIO, se niega a nacionalizar la empresa y a su división, y sólo ofrece alargar el plazo de su deuda. Detrás de esta negativa se encuentra el temor a que Bruselas considere la nacionalización ayuda de Estado e incluso que revise el rescate de 120 millones concedido durante la pandemia.
Como es sabido, todo el mundo esperaba que la SEPI la nacionalizara capitalizando su préstamo participativo de 100 millones. Sin embargo, el holding público ha rechazado esta opción. Asimismo, ha descartado la propuesta de división de Duro Felguera que habían planteado sus accionistas mexicanos (Prodi y Mota-Engil), según la cual estaban dispuestos a recapitalizar el negocio industrial (EPC) y sacarlo del concurso de acreedores.
El holding empresarial del Estado, que depende de María Jesús Montero, ha asegurado a la empresa y a los bancos acreedores y proveedores (para los que sí pide una quita casi total que la SEPI no se aplica a sí misma) que no puede legalmente convertir ese préstamo participativo.
¿Cuál es la razón de esa afirmación? Pues que la Comisión Europea puede considerar la conversión del préstamo participativo en capital una ayuda de Estado ilegal.
«Para hacerlo, la SEPI necesita el permiso de Europa, porque tendría una empresa pública que opera en el mercado en competencia con otras y que está en desequilibrio patrimonial, situación que sólo supera con dinero público. Eso contraviene la normativa europea de Competencia, estaría dando ayudas públicas contrarias al Tratado de la UE», explica una fuente conocedora de la situación.
Es decir, convertir el préstamo en capital y, en consecuencia, transformar a Duro Felguera en una empresa pública sería una ayuda de Estado ilegal, puesto que competiría en el mercado con otras compañías que no cuentan con ese apoyo. Entonces, ¿por qué el rescate de 2021 se hizo mediante un préstamo participativo y no mediante uno normal?
«Ésa es la gran pregunta, por qué se dio un préstamo participativo. Pues porque estábamos en pleno covid y las cosas se hicieron muy mal. No se pensó que convertirlo en capital años después sería ayuda de Estado, porque en ese momento las normas de ayudas de Estado estaban suspendidas. Y nadie en la SEPI pensó que en algún momento estarían de nuevo en vigor», según las fuentes consultadas.
Y entonces, la Comisión Europea podría llegar más lejos y revisar aquel rescate, e incluso sancionar a España por él. Algo a lo que el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda no está dispuesto a arriesgarse.
Otras fuentes señalan otro motivo por el que la SEPI se niega a convertir su préstamo a Duro Felguera en capital: «Crearía un precedente muy grave para el resto de empresas rescatadas, empezando por otras dos con sede en Asturias: Imasa e Isastur». Estas dos compañías recibieron 25 millones de dinero público cada una durante la pandemia. Entre ellas y Duro Felguera, están en juego 4.000 empleos directos y 8.000 indirectos.
Finalmente, como ha venido informando OKDIARIO, la SEPI teme que, si nacionaliza la compañía, los jueces sienten en el banquillo a sus responsables o incluso a sus técnicos por saltarse las normas del Fondo de Ayuda a la Solvencia de Empresas Estratégicas con Duro Felguera; éstas establecían que los problemas de las empresas rescatadas debían tener su origen exclusivamente en la situación creada por la pandemia, cuando los de la compañía asturiana venían de mucho más atrás.
El tiempo se acaba
En todo caso, el 12 de junio termina la prórroga de tres meses del preconcurso de acreedores y la única opción que ofrece la SEPI es una prolongación del vencimiento de la deuda, lo cual no haría sino empeorar el problema: con unos intereses del 10%, los 120 millones (100 de préstamo participativo más 20 de normal) se convertirían en más de 200 y ni el plan de reestructuración de la empresa ni el de la consultora FTI consideran que sea posible conseguir negocio suficiente para hacer frente a la deuda actual.
Además, nadie quiere presentar la oferta de la SEPI: el holding público porque no es accionista; la empresa porque lo considera inviable; y los acreedores porque no aceptan que se les imponga una quita a sus créditos y no a los de la SEPI.
Y mientras tanto, la ingeniería asturiana afronta una gravísima crisis de liquidez. Según las fuentes, tendrá grandes dificultades para pagar la nómina de mayo y se quedará sin caja para pagar la de junio, que incluye además la paga extra. Algo que no va a aliviar el bajísimo precio ofrecido por Indra por el taller de Gijón, de sólo 2 millones.