Sánchez no reacciona: España es el gran país de Europa que menos estímulos fiscales lanza ante la crisis
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es el líder de un gran país europeo que menos estímulos fiscales ha impulsado para apoyar a sus empresas y sus ciudadanos, a pesar de que España es de los países que se está viendo más afectados por la extensión de este virus que surgió en Wuhan (China).
Según una estadística que ha elaborado el Círculo de Empresarios y al que ha tenido acceso este periódico, la canciller alemana Angela Merkel ha aprobado estímulos fiscales -tanto medidas de gasto como de ingresos- por valor de 159.470 millones de euros.
Por su parte el presidente francés, Emmanuel Macron ha movilizado 45.430 millones, y el líder británico, Boris Johnson, 34.304 millones de euros.
Por su parte, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha movilizado 25.960 millones y el primer ministro de Holanda, Mark Rutte, 18.543 millones de euros.
En cambio, hasta la fecha Pedro Sánchez sólo ha movilizado 15.761 millones de euros para afrontar la crisis económica del coronavirus con estímulos fiscales. En cambio, el líder socialista ha apostado todo su plan a avales y medidas impulsadas por el sector privado, que está viendo cómo el Gobierno central le somete a mayores dosis de intervencionismo.
Es decir, que Pedro Sánchez ha puesto en marcha diez veces menos de estímulos fiscales que su homóloga Angela Merkel o tres veces menos que Macron.
Si la comparación se realiza con EEUU, que ha puesto en marcha estímulos fiscales por valor de 1,8 billones de euros, España queda aún peor. Es decir, que la primera potencia mundial que controla Donald Trump ha lanzado una apuesta fiscal más de 100 veces superior que la española. Por el momento, el plan fiscal de Japón asciende a 21.880 millones, el de Corea del Sur a 9.086 millones y el de Canadá a 6.582 millones.
Pero no es lo único en lo que el Gobierno se queda atrás. El Gobierno español, mientras que más de una veintena de países ha aprobado aplazamientos fiscales, ha decidido no hacerlo. ¿La razón? Hay que financiar las políticas públicas. El problema es que es de los países que hasta la fecha ha sido menos ambicioso, renunciando a bajar impuestos a las compañías privadas y a interrumpir los calendarios fiscales, algo que los empresarios llevan días reclamando sin éxito.