Gestión de Patrimonios

¿Qué comporta el ‘partnership’?

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Foto: GETTY/ISTOCK

Entrar en un mercado u operar en un determinado sector implica la necesidad de realizar inversiones importantes que algunas pymes, en solitario, no pueden afrontar. En este caso, una de las vías para seguir adelante y no perder la oportunidad de negocio es mediante la alianza con otras empresas que comparten un objetivo común. Es lo que se llama partnership.

¿Qué ventajas implica el partnership?

Este tipo de alianzas permiten a las empresas gozar de las siguientes ventajas:

  • Aprovechar sinergias: se pueden dar colaboraciones entre empresas que realizan actividades complementarias, de forma que una se aprovecha de la actividad de la otra y viceversa.
  • Explotar economías de escala: al aumentar el tamaño, los costes unitarios se reducen y, además, se puede aprovechar la especialización de cada empresa para mejorar aún más la competitividad global.
  • Compartir conocimiento: cada empresa dispondrá de información sobre su ámbito de trabajo y de actuación. A partir del momento que se establece la unión, esta información se comparte y, por lo tanto, hay un incremento del conocimiento por todas las partes participantes.
  • Entrar en mercados donde se precisa una mayor inversión: los mercados que presentan barreras en forma de altas inversiones necesarias acostumbran a ser también muy rentables. Por lo tanto, la unión de distintas partes facilita participar en ellos.

¿Qué dificultades implica el partnership?

Tener que compartir una estrategia y desarrollo empresarial con otra empresa implica tener que hacer frente a los siguientes puntos:

  • Pérdida de control: el hecho de tener que llegar a acuerdos con otra parte provoca que la compañía, cada vez que quiera tirar adelante una idea, tenga que consensuarla con otra parte, hecho que hasta entonces no ocurría.
  • Proceso de toma de decisiones: hay que establecer unos órganos formados por responsables de las distintas partes que se reúnan de forma periódica para tomar las decisiones estratégicas y hacer un seguimiento de la relación. Es imprescindible, pues, que se establezca cómo se tomarán las decisiones, que deben de ser aceptadas por todas las partes.
  • Inversión de cada una de las partes: es uno de los aspectos más complejos. Normalmente, las colaboraciones de este tipo se realizan porque la inversión a afrontar es tal que una sola empresa no puede hacer frente a ella. Por lo tanto, hablamos de cantidades importantes. Así pues, desde un principio debe de quedar claro cuánto debe aportar cada empresa y, en caso de contingencias, cómo afrontarlas.
  • Delimitación de responsabilidades: cada proceso a afrontar debe de tener un responsable. En ese sentido, se puede establecer de dos formas. Por un lado, que cada empresa se haga cargo de aquello sobre lo cual es especialista. Por el otro, que para cada proceso haya una responsabilidad compartida. En este último caso, se evitan posibles disputas y discusiones en caso que algún proceso no funcione tal y como se había previsto.
  • Negativa a compartir toda la información: se dice que la información es poder, y así es. Por ese motivo, algunas empresas muestran poca predisposición en ofrecer a la otra todo su conocimiento, hecho que dificulta la cooperación.

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