Prisa se vuelca con Lula: el grupo se juega 150 millones de euros en libros de texto en Brasil
Los medios del grupo Prisa se vuelcan con el presidente de Brasil, Lula da Silva, echando el resto durante el domingo y el lunes en el seguimiento informativo del asalto de miles de personas a las principales instituciones del Estado.
Tanto El País como la Cadena SER priorizaron los acontecimientos sucedidos en el país en sus informativos y tertulias, en las que algunos de los intervinientes deslizaron la posibilidad de que ocurra algo similar en España si el PP ganara las próximas elecciones generales.
El despliegue informativo de Prisa sobre lo ocurrido en Brasil está en consonancia con el peso económico que el mercado brasileño tiene ahora para el grupo fundado por Jesús Polanco, donde se juega buena parte de su futuro, y donde obtuvo ingresos anuales superiores a los 200 millones de euros bajo los anteriores Gobiernos de Lula y Dilma Rousseff.
Con una deuda superior a los 1.260 millones de euros en la actualidad, y con problemas para convencer tanto a grupos mediáticos como financieros para participar en su capital -el consejo de administración del grupo acordó ayer lanzar una emisión de obligaciones convertibles en acciones por hasta 130 millones de euros para reducir parte de la deuda-, para Prisa es clave en la actualidad mantener buenas relaciones con el Gobierno brasileño y asegurarse contratos institucionales de ventas de libros de texto para su filial Santillana. Y así, en dos o tres años, que esta pueda ser vendida.
Tras la venta de Santillana España -acordada a finales de 2020 al grupo finlandés Samona Corporation, por 465 millones de euros-, el principal mercado por ingresos de la división educativa de Prisa se encuentra en Brasil, con 150 millones de euros ingresados en los dos últimos ejercicios.
En 2020, cerca del 30% de los ingresos de Santillana procedieron de ventas institucionales, a gobiernos y entes de carácter público, existiendo en particular una alta concentración en Brasil. El pasado año, el 68% del volumen de negocio de la división de Prisa en el mercado público se generó en Brasil.
El mercado privado constituyó el 70% del negocio de Santillana en 2021, y el 25% del volumen total lo generó la compañía en Brasil.
Cercanía con Lula y Rousseff
La cercanía de Prisa con los Gobiernos de Lula da Silva y de su sucesora, Dilma Rousseff, son bien conocidos. En 2008, la Fundación Santillana concedió a Lula el I Premio Internacional Don Quijote de la Mancha, y dos años después el presidente de Brasil participó en un encuentro organizado por El País con el ex presidente del grupo español, Juan Luis Cebrián.
En 2011, Cebrián viajó a Brasil para mantener una entrevista con la nueva presidenta del país, Dilma Rousseff, cuando Prisa barajó sacar a Bolsa en Brasil a su división Santillana.
Desde la multinacional española, con la que contactó este diario el lunes, se indicó que Prisa lleva 20 años presente en Brasil, y que los ingresos en el país son recurrentes.
Sin embargo, de acuerdo a las cuentas de los últimos años de Prisa, el negocio del grupo en el país ha ido reduciéndose año tras año, obteniendo sus mayores ingresos bajo los Gobiernos de Lula o Rousseff.
En 2021 Prisa obtuvo unos ingresos de explotación en Brasil de 146,6 millones de euros; un año antes los ingresos ascendieron a 152 millones de euros, y en 2019 fueron de 195 millones. Con anterioridad, los ingresos en Brasil de Prisa fueron aún mayores, como los 230 millones logrados en 2014, o los cerca de 200 millones obtenidos en 2008.
Santillana, que emplea a más de 3.000 personas, se ha convertido en la gran esperanza de Prisa. La compañía pretende que su filial alcance un valor de 1.400 millones de euros entre finales de este año y 2025, ejercicio en el que el grupo podría acometer la venta de la división a otro grupo o optar por sacarla a Bolsa. Para lograr ese objetivo, que Santillana vuelva a ingresar en Brasil más de 200 millones en un año, es esencial.