Los primeros indicadores del segundo trimestre apuntan a un hundimiento de la economía sin precedentes
España entrará en recesión entre abril y junio. Así lo confirman los primeros indicadores reales de la economía española del segundo trimestre, que apuntan a un hundimiento de la actividad sin precedentes y que confirman el diagnóstico que están avanzando los principales servicios de estudios y organismos internacionales. Los economistas consideran que un país entra en recesión técnica cuando acumula dos trimestres consecutivos de caídas intertrimestrales de la actividad.
El tsunami económico que va a provocar la pandemia afecta a todos los ámbitos de la economía española: desde los servicios a la industria pasando por el comercio exterior. Y por supuesto, al empleo. Sin embargo, sorprende que el discurso oficial del Gobierno deje traslucir cierto optimismo, hablando incluso de «estabilización».
Concretamente hay nueve indicadores del segundo trimestre que evidencian que España entrará en recesión. El indicador de sentimiento económico se encuentra en los 73,3 puntos en abril, frente a los 101,2 registrados en el primer trimestre del año. Es un hundimiento sin precedentes de la confianza, que es imprescindible para que cualquier economía crezca.
Hay otros dos indicadores que también demuestran la fuerte paralización de la actividad, especialmente en la industria. La utilización de la capacidad productiva del país ha pasado del 80% en el primer trimestre, cuando comenzó la crisis, al 70,8% en el segundo trimestre, mostrando el resultado del confinamiento para paliar la enfermedad.
Por otro lado, con datos de abril, el consumo de energía eléctrica ha sufrido un hundimiento del 16,7% en el cuarto mes del año. En el primer trimestre el retroceso fue del 3,1%, aunque en el conjunto de 2019 la caída ya fue importante (del 2,7%). Este indicador se ha utilizado en muchos países en vías de desarrollo para medir la evolución del PIB cuando no había otras cifras más fiables.
Por otro lado, el indicador de confianza industrial ha pasado de tener un saldo del 5,4% entre enero y marzo a registrar un retroceso del 30,7% en el segundo trimestre del año, avisando de que será complicado volver a los niveles previos a la crisis. De hecho, teniendo en cuenta las diversas previsiones la salida de la crisis definitiva (con el mismo PIB y empleo de finales de 2019) no se producirá hasta, al menos, 2022.
Aunque aún no se conocen los primeros indicadores de consumo del segundo trimestre, sí que se puede observar en la confianza del consumidor que las familias que no han perdido su trabajo están optando por el ahorro o que las personas que están sufriendo las consecuencias de la destrucción de empleo o de los ERTE están restringiendo al máximo los gastos. El indicador de confianza del consumidor se sitúa en abril en 29,2%, frente al retroceso del 10,3% en el primer trimestre de 2020 o del 11,6% en marzo.
Lo más sorprendente es la paralización -casi al completo- de la matriculación de automóviles. Se ha hundido un 96,5% en el trimestre, una caída que es el triple que la registrada en el primer trimestre (-31%), lo que forzará al Gobierno a poner en marcha planes de estímulo -si el maltrecho estado de las cuentas públicas lo permite- para relanzar un sector que es capital para la economía española. La matriculación de vehículos de carga también se ha desplomado un 87,9% en lo que va del segundo trimestre.
Sin duda, este frenazo a la actividad que sumirá al país en la recesión más intensa desde la Guerra Civil está afectando con gran virulencia al mercado laboral, aunque el Gobierno insistía en hablar de «estabilización» en abril y se aferraba a la temporalidad de los ERTE. Sin embargo, si el paro registrado creció un 2,2% entre enero y marzo (teniendo en cuenta los primeros días de confinamiento y de estado de alarma) en lo que va de segundo trimestre (contando sólo con abril) se ha disparado un 21%. Es decir, que se ha multiplicado por 10 el ritmo de aumento del número de desempleados, según la síntesis de indicadores que recoge el Ministerio de Asuntos Económicos.
El número de afiliados a la Seguridad Social (teniendo en cuenta la media mensual) también se desploma un 4% en el arranque del segundo trimestre, frente al tímido avance del 1,2% del primero.
Sin embargo, hay un décimo indicador que aún no refleja el impacto de la crisis: la evolución de los salarios: que se mantiene inalterable en el 2% en abril, aunque diversas encuestas como la publicada este lunes por una consultora avisan que ya hay un 16% de compañías que han decidido recortar sueldos para afrontar la recesión del coronavirus.
Temas:
- Coronavirus
- Crisis
- Recesión