La patronal gallega quiere una planta de baterías en Vigo por 151 millones
Guerra por albergar la primera planta de baterías de España. El Consorcio de la Zona Franca de Vigo, el Ayuntamiento y la Diputación de Pontevedra han presentado este martes el Manifiesto de Interés del proyecto para implantar en la comarca una fábrica de baterías para vehículos eléctricos, con el que pretenden captar fondos europeos de recuperación (Next Generation), y han defendido que esta planta es «compatible» con los otros proyectos similares que se candidatan desde Cataluña y Extremadura.
En el acto, el delegado de Zona Franca, David Regades, ha explicado que esta iniciativa «aglutina todo el apoyo público», aunque ha precisado que ha sido impulsada por este organismo, y por las administraciones local y provincial, «ante la inacción» de la Xunta de Galicia, que «debería ser la que propulsase estos proyectos».
Según ha señalado Regades, la previsión de inversión es de 151,7 millones de euros, y se espera que, en su fase inicial, la planta tenga capacidad para producir 2 gigavatios/hora, y pueda llegar a 16 GW/h, cuando esté a pleno rendimiento (y sea capaz de fabricar 300.000 baterías al año). Asimismo, en cuanto a empleo, en sus comienzos contará con 100 empleos directos y 1.000 indirectos, y cuando se haya consolidado, el número de empleos directos superará los 800 y los indirectos serán unos 8.000.
El proyecto incluye también un laboratorio de tecnologías de propulsión limpia, con una inversión prevista de unos 30 millones de euros, y en colaboración con el Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia (CTAG). La iniciativa impulsada por estas tres instituciones cuenta, como socios, con una veintena de empresas y organismos, entre los que están la Universidad de Vigo, Iberdrola, Cegasa, Grant Thornton, GKN Automotive, o Seganosa.
«Más de un proyecto»
El delegado de Zona Franca ha defendido la idoneidad del área viguesa para acoger esta iniciativa, por su «proximidad» a yacimientos de litio (como el portugués de Montealegre, cerca de la frontera con Oímbra, en Ourense), y por la cercanía a industrias constructoras y proveedoras del sector de automoción. Regades, también ha recalcado que, aunque haya otras candidaturas de plantas de baterías, es «necesario y posible que haya más de un proyecto» en ese sentido.
En la misma línea, el regidor ha proclamado que esta iniciativa «no se hace contra nadie», y es «compatible» con otras propuestas «similares» en otros territorios (de hecho, el Gobierno ya avanzó que la primera planta de baterías eléctricas se instalaría cerca de Martorell, en Cataluña). Caballero también ha hecho hincapié en que la «plataforma» que pretenden poner en marcha está abierta a que se sumen más empresas, y se ha referido «con preocupación» a quienes «no ofrecieron» crear esta iniciativa y ahora «generan debate político», en alusión al gobierno gallego.
Proyecto estratégico
Por su parte, la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, ha incidido en que éste es «un proyecto estratégico» para Vigo, para la provincia, para Galicia «y para el noroeste peninsular», y ha puesto en valor la apuesta de Zona Franca y del Ayuntamiento: «Ya nos gustaría que otras instituciones tuvieran esta visión», ha apostillado.
Mientras, la responsable de Innovación del CTAG, Ana Paul, ha recalcado que este centro tecnológico trabajará en el laboratorio de propulsiones limpias «con un enfoque integral», abordando cuestiones como pruebas de prototipos, revalorización de baterías o desarrollo de estrategias inteligentes aplicadas a esta producción.