Las ópticas quieren bajar la persiana: «He pasado de facturar 12.000 a cero, pero me obligan a abrir»
Las farmacias, las ópticas o las clínicas dentales son algunos de los establecimientos que tiene permitido abrir al público tras decretarse el estado de alarma por la crisis del coronavirus.
Las ópticas son uno de los establecimientos que tiene permitido abrir al público, tras decretarse el estado de alarma por la crisis del coronavirus. Farmacias, clínicas y ortopedias son otros comercios relacionados con el sector de la salud que tienen sus persianas levantadas, ya que para el Gobierno son servicios de primera necesidad.
Alfonso Caride, tiene una óptica en Tenerife con tres trabajadores y es uno de los afectados por la decisión del Gobierno de mantener este tipo de establecimientos con el cartel de abierto. «Mi negocio ha estado con la persiana levantada durante varios días, pero no ha entrado ni un solo cliente», asegura el propietario y denuncia que «me he visto obligado a tomar la decisión de cerrar».
La óptica se ha comprometido a prestar un servicio de urgencia en caso de que sus clientes lo necesiten, pero Caride asegura que «sin ningún tipo de ayudas no podemos seguir con las puertas abiertas, ya que la producción es cero con un descenso de la facturación del 100%».
De 12.000 euros a cero
Concretamente, calcula que «mi negocio ha pasado de facturar 12.000 euros a cero, además si sumo todas las facturas solo son perdidas». El óptico asegura llevar más de 20 días preguntándose por una solución, pero la única que encuentra es que «el Gobierno no está dispuesto a ayudar a los autónomos y empresarios».
«Nuestro colectivo presenta un problema añadido. Las ópticas tienen la posibilidad de estar abiertas, una medida que nos impide presentar un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) por fuerza mayor», explica Alfonso Caride, que denuncia que se trata de una situación que «llevará a muchos negocios del sector a la quiebra».
Un futuro con ventas mínimas
El propietario augura un futuro incierto: «El Gobierno me obliga a no despedir a ninguno de mis trabajadores durante seis meses, cuando la crisis sanitaria del coronavirus termine no sé cuál va a ser mi situación económica». Caride reclama la misma libertad para despedir que para contratar.
Ante este escenario Alfonso Caride se pregunta cuál será el futuro de su negocio. «Mi óptica se encuentra en una zona humilde de la isla de Tenerife, donde más del 70% de los habitantes trabajan en el sector turístico», asegura y vaticina que «la gente no se va a gastar dinero en unas gafas y las ventas van a ser mínimas».
«Es muy triste gastarte todos tus ahorros en crear un negocio y generar empleo para no sentirte respaldo por el Gobierno, quienes deberían eliminar las cargas fiscales a las empresas y a los autónomos para que podamos tener liquidez», y denuncia que «de lo contrario muchas empresas echaran el cierre».
Falta de seguridad: riesgo de contagio
Otra de las afectadas es María del Carmen Megías, propietaria de una óptica en un municipio de Granada que denuncia la falta de seguridad en el sector. «No tenemos los equipos de protección individual que nos exigen para trabajar y la mayoría de nuestros procedimientos de trabajo se hacen a 20 centímetros del paciente».
«Es cierto que las ópticas son establecimientos sanitarios y comprendemos que a cualquier ciudadano le pueda surgir una urgencia, como por ejemplo que se le rompan las gafas necesarias para trabajar o conducir», explica Megías, que asegura que «estamos dispuestos a atender a nuestros clientes que necesiten nuestros servicios de carácter urgente».
No obstante, denuncia que «tenemos un alto riesgo de contraer el coronavirus o de contagiar a nuestros clientes» y que seguir con las ópticas abiertas «es una temeridad».
Fuera de las ayudas del Gobierno
«El Gobierno nos ha excluido de todas las ayudas a autónomos, ya que ha considerado que somos un servicio esencial para la ciudadanía y podemos abrir nuestros establecimientos», afirma la propietaria, que pide a Pedro Sánchez que recapacite.
«Tengo mi establecimiento abierto, gastando luz y dejando pasar las horas muertas mientras no entra ningún cliente, si la situación sigue así muchos nos veremos obligados a cerrar pero para siempre», denuncia Megías.
«En mi caso, tengo una empleada, si no tengo trabajo ni para mí, no gano dinero ni para pagar el alquiler, ni los impuestos, ni la luz ¿cómo voy a tener trabajo para mi empleada?», se pregunta la propietaria.
Además, denuncia la falta de ayudas por parte del Gobierno: «He solicitado el ERTE y me lo han denegado, alegando que las ópticas si que tienen permiso de abrir». Sánchez se olvidan de que aunque los establecimientos tengan las persianas abiertas, las cajas las tienen vacías.
La crisis del coronavirus está asestando un golpe brutal a la economía española. Autónomos, pymes y empresarios están sufriendo las consecuencias tanto del propio coronavirus como de las medidas tomadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para paliarlo. En OKDIARIO queremos saber su historia: cuéntenosla en [email protected]