Casaktua.com recuerda a este colectivo las ventajas e inconvenientes a los que se enfrentan 

Los jubilados con rentas se convierten en los nuevos inversores inmobiliarios

gasto pensiones
Dos personas jubiladas charlando.

Aunque no lo crean, la gran mayoría de las pensiones en nuestro país superan ligeramente los 1.000 euros, existen jubilados que cuando «entregan la chapa» cuentan con un dinero acumulado y con mucho tiempo para manejarlo.

Por este motivo, los expertos de Casaktua.com, portal especializado en el mercado inmobiliario, recuerdan que ser prejubilado, dejar de cotizar y de pagar planes de pensiones y empezar a cobrarlos, son algunas de las ventajas que este colectivo tiene y que pueden permitirle comprar una vivienda.

Además, aclaran que la edad no debe ser nunca un problema para adquirir una vivienda pues hay muchos factores que pueden ayudar a tomar la que muchos consideran una de las decisiones más importantes en la vida.

Mudarse a un piso más moderno, adquirir una casa en la playa o en zona rural, financiar la casa de sus vástagos, son las razones más habituales para adquirir otra casa pero también hay quien decide hacerlo como forma de diversificar su patrimonio.

En cualquier caso los expertos consultados por este periódico afirman que la principal preocupación de este colectivo es la edad, o si lo prefieren, no saber cuanto tiempo van a permanecer en este mundo. Más si no disponen de ahorros suficientes y necesitan pedir un crédito hipotecario. O si sí tienen este dinero pero prefieren destinarlo a otros menesteres y pedir el mencionado préstamo.

Sea por la razón que sea hay una serie de cuestiones que deben tener en cuenta a la hora de meterse en esta aventura pues los parámetros cambian en la mencionada tesitura. Por un lado, las hipotecas serán siempre a corto plazo. A la hora de conceder el crédito, los bancos exigen que ninguno de los titulares sobrepase los 70-75 años al finalizar el pago (algunos ponen incluso el tope en los 80 años). Por tanto, el plazo máximo a conceder estaría entre los 10 y los 15 años si se trata de prejubilados, es decir, las cuantías serían mayores pues el tiempo de amortización siempre es menor.

Sólo le darán un máximo del 50% de financiación. Esto es algo que está pasando ya en muchos créditos a mucha gente, no sólo a los «jubiletas». Si los ahorros son muy escasos, a no ser que se disponga de unos ingresos muy elevados, la concesión de la hipoteca se complica. Por norma general, la financiación de un banco estaría en el 80% del precio del inmueble. En este caso, los expertos recomiendan que no supere el 50%, así hay mayor facilidad de pago.

Con todo, si se dispone de una primera vivienda en propiedad la cosa se facilita mucho a la hora de recibir una hipoteca. Lo más recomendable es venderla y aumentar el porcentaje de ahorro a la hora de aportar a la compra. Además, el actual IRPF ya permite a los mayores de 65 años no tributar por las plusvalías obtenidas cuando se trata de la venta de la vivienda habitual. Si se decide no seguir esta vía, también se puede optar por el alquiler y con la renta mensual hacer frente al préstamo.

Si tenemos una estabilidad de ingresos es un punto a favor. En principio, la pensión es un salario garantizado que se cobra todos los meses. El riesgo es menor y eso lo tiene en cuenta el banco. Otro factor que puede ayudar es contar con un Plan de Pensiones privado que de un empuje a sus ingresos y permita afrontar más holgadamente la cuota mensual.

Aquellos que están prejubilados tienen mayores posibilidades. Son los que tienen más papeletas para que el banco les conceda una hipoteca. Su edad oscila entre los 55 y los 65 años, suelen tener un perfil socioeconómico medio o medio-alto y habitualmente cobran tramos más altos de pensión.

Por último, hay que recordar que este tipo de hipotecas tienen menos tipos de interés y carecen de seguro de vida. Al ser más cortas y con cuotas más altas, los intereses a pagar serán mucho menores que en una a 30 años. En cuanto a los productos vinculados, dependiendo de la edad, el comprador se ahorrará el seguros de vida, ya que éste solo cubre hasta una edad límite de 65 años. Además, el seguro de amortización sólo cubrirá a la persona hasta los 70 años.

Debemos decir también aquí que la compra de un activo inmobiliario es una magnífica forma de ahorro en un producto que es sencillo hacerlo liquido llegado el momento.

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