El independentismo del dueño de Audax ahoga la ampliación de capital que necesita para salvarse
Audax Renovables atraviesa la mayor crisis de su historia: ha entrado en pérdidas, tiene una deuda asfixiante a la que no puede hacer frente, su cotización se hunde en Bolsa y el valor es pasto de los hedge funds bajistas. La compañía necesita una ampliación de capital urgentemente para reequilibrar su balance, pero se ha encontrado con un importante obstáculo: las veleidades independentistas de su presidente y principal accionista, Francisco José Elías Navarro.
Este empresario de Badalona puso unos 35 millones en avales para permitir a Joan Laporta acceder a la presidencia del Barcelona. Según fuentes conocedoras de la situación, los dirigentes azulgranas le prometieron, a cambio, promover la ampliación de capital de Audax en el entorno empresarial catalán, incluso con la posibilidad de apoyo público del Instituto Catalán de Finanzas (ICF).
Sin embargo, la excesiva identificación de Elías con las posiciones independentistas ha jugado en su contra, según las fuentes: «Hay inversores potencialmente interesados a los que no ha gustado nada que se sitúe en una esfera tan marcadamente catalanista y que se van a quedar fuera de la ampliación».
La acción se desplome y los bajistas huelen la sangre
El problema es que el tiempo corre en su contra y la empresa va cada vez peor. Audax entró en pérdidas de 3,6 millones en el primer semestre, algo que achaca a la subida del precio de la electricidad en el mercado mayorista. Eso implica que las pérdidas se incrementarán en el futuro, puesto que, como es sabido, la escalada de la luz está siendo mucho más explosiva en el segundo semestre que en el primero. A lo que hay que sumar la inseguridad jurídica generada por el Gobierno en el sector de la energía renovable.
Estos malos resultados provocaron un desplome en Bolsa entre finales de septiembre y primeros de octubre, del que no ha logrado recuperarse: este lunes volvió a despeñarse un 8% hasta 1,398 euros. Y lo peor para Audax es que los grandes fondos bajistas han olido la sangre, como sucedió con Abengoa o Banco Popular, y están tomando fuertes posiciones cortas en el valor: Citadel, el gran bajista del mercado español, ha aflorado más de un 3% del capital apostado a la baja, D. E. Shaw un 1,17% y Polar, el 0,69% (Linden tenía una posición del 1,18% desde junio).
Para tratar de frenar este hundimiento, el propio Elías está comprando acciones en el mercado a través de su sociedad Excelsior Times: el 10 de octubre adquirió 3,5 millones de títulos, y entre el 13 y el 19 de este mes se ha hecho con otros 2,4 millones.
La deuda se dispara y se hace inasumible
Pero lo más preocupante es que el endeudamiento de la empresa de renovables no deja de crecer hasta niveles que no puede atender. La deuda financiera neta se situó en 373,5 millones en el primer semestre, un 83% más que al cierre de 2020 en solo seis meses. En términos brutos, la deuda financiera alcanza 791 millones, con un incremento del 23%.
Esto supondría casi 50 veces -48,2 para ser exactos- el Ebitda (beneficio operativo bruto) de 2021, siempre que en el segundo semestre sea capaz de generar otros 8,2 millones como en el primero, algo que se antoja bastante complicado. Si solo tomamos la deuda neta, la proporción sería de 23 veces. Algo insostenible para los acreedores de Audax, que, además, afronta vencimientos por 232 millones de aquí a junio. De ahí la urgencia por ampliar capital.
Elías poseía un 77,13% del capital en enero (última fecha registrada por la CNMV), que ahora habrá aumentado con estas compras. Los dueños de Mayoral (indumenta Pueri) controlan un 5,88% y Goldman Sachs, el 3,6% -que utiliza para prestarlo a los bajistas-.