Iberdrola pagará este año 7.500 millones de impuestos en todo el mundo, 2.600 en España
Deberá abonar, además, otros 200 millones con cargo al ejercicio pasado por el ‘impuestazo’ que va a recurrir
Tras cerrar un ejercicio récord, la compañía prevé crecer en 2023 entre el 8% y el 10% sin incluir la nueva tasa
La compañía incrementó un 5,1% su capacidad renovable instalada en el mundo en 2022, rozando los 40.000 MW
Iberdrola pagará en 2022 más de 7.500 millones de euros en impuestos en todo el mundo. De esa cantidad, 2.600 millones corresponden a los tributos que ingresará a la Agencia Tributaria española por los 4.339 millones de euros que ha ganado en 2022 más otros 200 millones que le corresponden como impuesto a los ‘beneficios caídos del cielo’. Aunque el impuestazo se devenga en 2023, está claro que la compañía pagará en el ejercicio más dinero del que ha ganado. Tal y como confirmó su presidente, Ignacio Galán, durante un encuentro con analistas, Iberdrola recurrirá este nuevo impuesto al considerarlo «contrario a la Constitución y al derecho europeo». Para Galán, las nuevas tasas aprobadas por el gobierno de Pedro Sánchez son «arbitrarias y discriminatorias», ya que «sólo afectan a algunos sectores [banca y eléctricas] que, además, no están en situaciones comparables».
Mientras los recursos contra el nuevo impuesto se tramitan -la empresa no espera una solución, al menos hasta 2024-, Galán adelantó los objetivos para el ejercicio de 2023. Según sus previsiones, Iberdrola invertirá este año cerca de 11.000 millones de euros para, entre otras cosas, incorporar 3.000 Mwh más de renovables y ampliar la base regulada de activos. A eso habrá que añadir una mayor producción hidroeléctrica que la del ejercicio pasado, además de recuperar parte del déficit de tarifa acumulado en Reino Unido.
Con esas medidas, más una prudente rotación de activos orientada a reforzar su balance, la compañía prevé aumentar su beneficio entre el 8% y el 10% (sin incluir impuestazo) sobre los más de 4.300 millones de 2022 pese a prever un aumento de sus costes financieros derivado del efecto de la subida de tipos.
Iberdrola considera que el impuesto es recurrible, ya que «se calcula sobre ingresos y no sobre beneficios extraordinarios». Aun así, la empresa deberá abonar el 1,2% de sus ingresos en España, en torno a 200 millones de euros.
«El gobierno -aseguró Galán- dice que va a cobrar por esos beneficios extraordinarios, pero tenemos un 19% menos de beneficio que el año anterior y lo aplican sobre las ventas; de ahí que defendamos los intereses de nuestros accionistas».
El mercado español es el que peor ha evolucionado en 2022 para Iberdrola. En el negocio de redes, España es la única que reduce su beneficio bruto de explotación (Ebitda), el 1,5%, por la nueva regulación.
Todo ello ha llevado a Iberdrola a cerrar el ejercicio de 2022 con una caída del 19% en el beneficio neto obtenido por sus negocios en España con más de 22.980 millones en ingresos; lo que la sitúa como el primer país del grupo por volumen tras crecer el 43%. El Ebitda, de 4.612,4 millones, es el 12% inferior al del año anterior tras haberse disparado 21 veces la carga impositiva que pasa de los 40,7 millones abonados en 2021 a pagar este año 855,3 millones; es decir, un aumento del 2.001,47%.
Autonomía europea
Preguntado por las políticas de apoyo a las inversiones en renovables, el presidente de Iberdrola señaló su apoyo a las medidas de las medidas que desarrolla Europa que calificó de «adecuadas».
Tras destacar que la UE ya ha asignado el 40% de los fondos NextgenerationUE a transición energética subrayó que «eso supone de 280 millones mientras los americanos están asignando más de 3.000 millones». Por ello, tras recordar el esfuerzo realizado hasta ahora por la UE puso el énfasis en hacer atractivas las inversiones en Europa para evitar que el dinero se vaya a otras geografías. Europa, dijo, «tiene que hacer enormes inversiones si quiere descarbonizar el medio ambiente y si queremos ser autosuficientes en cuanto a energía. Si no tomamos medidas no vamos a hacer que esas inversiones sean atractivas».
Galán propugnó que Europa tome medidas porque «son miles de millones de inversiones. Si no hacemos cosas atractivas, el dinero se desplazará a otras geografías donde las opciones sean más atractivas». Y añadió: «Tenemos que promover contratos a largo plazo y generar más liquidez para que las ciudades se puedan beneficiar de los costes más bajos de las tecnologías que se van desarrollando».