Eléctricas

Iberdrola asegura que no le afectará una victoria de Trump: «No puede bajar la retribución de las redes»

EEUU el país donde Iberdrola planea realizar sus mayores inversiones entre 2024 y 2026

Iberdrola, Donald Trump
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, aseguró en el Capital Markets Day de la eléctrica celebrado esta semana que no está preocupado por una posible victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el país donde planea realizar sus mayores inversiones entre 2024 y 2026.

«Las próximas elecciones de noviembre en Estados Unidos no tendrán impacto en la regulación sobre las renovables nacionales, porque no es competencia federal, sino de los Estados», explicó el máximo responsable de Iberdrola al ser preguntado por las consecuencias de una posible victoria de Trump.

Había cierta inquietud entre los analistas por el hecho de que las promesas del ex presidente de EEUU de adoptar medidas ultraproteccionistas («America First» es su conocido eslogan) pudieran poner en peligro los planes de las empresas europeas en ese país. Sin embargo, Iberdrola confía en que Trump no pueda aplicar esas políticas al despliegue de energía renovable, al ser competencia de cada Estado.

Sobre esta base, Iberdrola ha situado Estados Unidos como el principal destino de las inversiones de su plan estratégico. Así, anunció que invertirá un total de 36.000 millones en el período (lo que supone una reducción respecto a los 47.000 del anterior plan), de los que dos tercios irán a inversión en redes y un tercio a renovables, algo que se justifica por el crecimiento de la demanda derivado del vehículo eléctrico, las bombas de calor y los data centers.

De esta inversión en redes (21.500 millones), un 44% irá a parar a Estados Unidos, un 25% a Reino Unido, un 21% a Brasil y sólo un 10% a España. Esta escasa inversión en nuestro país es consecuencia de que «España tiene el peor entorno regulatorio», según Galán, debido al impuestazo a las energéticas y a la escasa remuneración de la red eléctrica.

España, el peor entorno

De acuerdo con sus cifras, España retribuye a las redes con un mero 5,6%, frente al 7,5% de Reino Unido, el 8,5% de Estados Unidos y el 16% de Brasil, todos ellos con protección contra la inflación.

Esto explica las exigencias del sector eléctrico al Gobierno de Pedro Sánchez para que revise esta retribución y la eleve al 8,5%, que es donde se encuentra en Italia, como informó OKDIARIO. La negativa a subir esta remuneración por parte de la ministra Teresa Ribera pone en peligro la inversión en redes que es imprescindible para lograr su famosa «transición ecológica».

Las proyecciones de resultados del plan estratégico se basan en un precio de la luz en España de 60 euros por MWh en 2026. Según sus cálculos, cada 5 euros al alza o a la baja respecto a ese precio implicarían un cambio en su beneficio neto de 80 millones en 2025 y de 95 millones en 2026.

Previsiones de inversión

Por otro lado, Iberdrola pretende enfocar sus inversiones renovables hacia la energía eólica marina, mientras que un 28% irá destinado a eólica terrestre y un 18% a energía solar. También introduce nuevos negocios como el almacenamiento, con una inversión prevista de 1.500 millones para generar un crecimiento adicional con márgenes estables. Al mismo tiempo, prevé reducir la inversión en generación eléctrica tradicional.

Iberdrola, eólica marina

La financiación de estas inversiones provendrá de una combinación de una fuerte generación de caja, créditos y emisiones a tipo de interés fijo (el 69% del total tiene esa protección), una mayor diversificación de sus recursos y la asociación con terceros (partnership), según un análisis de BBVA. Lo que queda descartado es una ampliación de capital en estos tres años, lo que menos quieren los accionistas de Iberdrola.

En total, la deuda se incrementará en un 11% en este período, pero el ratio de deuda neta sobre Ebitda (beneficio operativo bruto) se mantendrá contenido en 3,2 veces. Además, espera que el coste de la deuda vaya bajando durante el plan estratégico, gracias a los descensos de tipos de interés en los principales países en los que opera.

El objetivo de la compañía es lograr un beneficio neto de entre 5.300 y 5.400 millones en 2025, y de entre 5.600 y 5.800 millones en 2026. De esta forma, su rentabilidad sobre el capital (ROCE) se incrementará en un punto porcentual, desde el 6% hasta el 7%.

Asimismo, Galán se ha comprometido a mantener el rating (calificación crediticia) de la compañía en el nivel actual: BBB+ (Standard & Poor’s) y Baa1 (Moody’s).

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