El ‘holding’ del lujo Kering duplica su beneficio en 2017 impulsado por Gucci
El conglomerado del lujo Kering ha cerrado 2017 con un beneficio neto de 2.950 millones de euros, un 56,3% más que un año antes. Las cifras se han visto impulsadas gracias a Gucci que ha aumentado sus ventas un 44,6%, su principal centro de ganancias.
Las ventas han aumentado un 25% hasta los 15.480 millones de euros, una cifra cercana a la esperada por los analistas. Los ingresos se han visto beneficiados por las cifras de Gucci, las ventas de la marca italiana han aumentado un 44,6%. Recordemos que la firma de lujo representa más del 70% de los ingresos de Kering.
Las cifras se vislumbraban con los resultados presentados hasta el mes de septiembre. El conglomerado francés cerró los nueve primeros meses con una facturación de 11.221 millones de euros, lo que suponía un 26,4% más que en el mismo periodo del año anterior.
«Kering registró un año fenomenal en 2017», sentenció el presidente y consejero del grupo, François-Henri Pinault, quien destacó el «espectacular» comportamiento de Gucci, así como la trayectoria de Balenciaga, en un entorno global donde persiste la incertidumbre, a pesar de lo que confía en «volver hacerlo mucho mejor que el sector».
El holding de lujo galo está reorganizando su presencia en algunas marcas. A mediados de enero se conocía que Kering estaba en conversaciones con la diseñadora Stella McCartney para vender a la hija del exBeatle el 50% de las acciones de la marca británica y poner fin a una asociación de 17 años de vida. Se trataría de la segunda desinversión en solo un mes del conglomerado de lujo francés que acaba de deshacerse del 70% de las acciones de la deportiva Puma.
Por otro lado, Pinault destacó que la compañía distribuirá entre los accionistas su participación en Puma con el objetivo de completar su transformación en un actor únicamente en el sector del lujo y permitir a los accionistas aprovechar el considerable potencial de la marca deportiva alemana.
Además, Gucci – la niña bonita de Kering – ha estado en el ojo de huracán a finales de 2017. La policía fiscal italiana registraba en diciembre las oficinas de la multinacional de la moda situadas en Milán y Florencia en el marco de una investigación por presunta evasión fiscal.
Gucci declaró entonces en un comunicado “estar segura de la transparencia de sus operaciones” y manifestó su “plena colaboración con los órganos competentes” durante la investigación. Gucci podría haber declarado en Suiza una parte de las ventas realizadas en Italia, lo que le habría generado un ahorro de 1.300 millones de euros, según el diario “La Stampa”.