Los grandes bancos insisten en que el BCE les permita pagar dividendos
Según han coincidido los altos directivos de Banco Santander, Caixabank y Banco Sabadell, hay que diferenciar entre las entidades que puedan y que no puedan pagar dividendo, y no prohibírselo a todas.
Los grandes bancos han coincidido en solicitar al Banco Central Europeo (BCE), que permita pagar dividendo a sus accionistas, ya que la entidad reguladora decidió suspender el pago de retribuciones por acción por la pandemia del coronavirus. El Banco Santander ha pedido este jueves que se elimine la incertidumbre sobre cuándo podrá pagar dividendos el sector y José Antonio Álvarez, su CEO, ha reclamado además que los supervisores tengan en cuenta las diferencias entre entidades cuando recomiendan no pagar dividendos.
En unas intervenciones organizadas por la escuela de negocios Esade, Álvarez ha mostrado su preocupación por el tratamiento asimétrico de esas recomendaciones y ha abogado por que esa limitación sea corta en el tiempo y se elimine cuanto antes la incertidumbre sobre cuándo podrán pagar dividendo los bancos.
«Término medio»
Sobre esta misma limitación, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha planteado que puede haber un término medio entre pagar todo el dividendo o nada, porque entiende que en momentos de crisis «hay que guardar», pero la gente también necesita cobrar el dividendo.
Lo que tiene claro es que la limitación a cero no se debe mantener, una tesis que comparte igualmente el consejero delegado del Banco Sabadell, Jaime Guardiola, que también ha participado en el encuentro.
Los tres banqueros también han coincidido en que las fusiones siguen siendo una fórmula para reducir costes, uno de los principales objetivos del sector para mejorar su rentabilidad en momentos como el actual, sin embargo, cada uno de ellos aporta sus matices.
El «número dos» de Ana Botín en el Banco Santander insiste en que cualquier operación de este tipo tiene que resultar creíble y asegura que el mercado «compra» mejor una operación en la que se plantean ahorros de costes, algo que él no ve en las operaciones transfronterizas por las que abogan en ocasiones los supervisores.
Pero además, Álvarez insiste en que las fusiones nacionales, aunque permitan esos ahorros de costes, son «muy caras» por los costes de reestructuración y requieren «mucho capital», lo que en su opinión es «un freno importante».
Una explicación que han suscrito íntegramente los consejeros delegados de CaixaBank y de Sabadell, aunque el primero de ellos ha añadido que las fusiones tienen «sus peligros» y ha dado por hecho que el futuro seguirá habiendo, mientras que el segundo ve más fácil ahora ahorrar costes con una red de oficinas más eficiente.
No habrá normalidad
La crisis económica será «muy fuerte», ha advertido el consejero delegado de CaixaBank, pero confía en una recuperación en uve, aunque sea una uve asimétrica, es decir, una recuperación más lenta que la súbita entrada en la recesión.
Guardiola comparte esa opinión y ha recordado que las previsiones del Banco de España son que la economía española caerá entre el 16 y 22 % sólo en el segundo trimestre y muestra sus dudas sobre un rebrote a través del consumo porque piensa que la gente va a racionalizar más el gasto.
Álvarez, por su parte, ha señalado que la economía mundial se puede abrir, pero no estará en una situación de normalidad por el temor al coronavirus, y los bancos tendrán que afrontar una situación inesperada con porcentajes altos de créditos de clientes «anestesiados», que habrá que ver luego si se recuperan.
Reputación bancaria
Los tres banqueros también han compartido sus impresiones sobre la reputación del sector, con mayor y menor optimismo al respecto.
El consejero delegado del Banco Santander se conforma con que la sociedad reconozca y respete el trabajo que hacen, mientras que el de CaixaBank confía en que la sociedad aprecie la aportación del sector a la sociedad y el hecho de que «la banca está para ayudar».
El del Sabadell, sin embargo, aseguró que según los datos de una consultora a pesar del «esfuerzo titánico» de la banca en esta crisis, sólo un 16 % de los encuestados creía que la reputación del sector había mejorado.
Aún así, Guardiola ha mostrado cierto optimismo porque una cosa es la imagen de la banca, que es mala, y otra es la opinión de la gente sobre su gestor, su oficina y su entidad en concreto, que ya es mucho mejor.