El Gobierno ignoró en mayo una advertencia de Vox sobre una posible falta de suministro de gas
La posible falta de suministro de gas, por las que Bruselas ha pedido medidas de ahorro de energía como las de climatización de Pedro Sánchez, era algo que se veía venir desde hace meses. De hecho, Vox planteó en mayo una pregunta parlamentaria sobre este riesgo, pero el Gobierno decidió ignorar el aviso y respondió que en España no hay riesgo para el abastecimiento, algo que se ha demostrado falso.
Varios diputados del partido que lidera Santiago Abascal registraron entonces en el Congreso una serie de preguntas dirigidas al Gobierno «sobre la estrategia energética del Ejecutivo en relación con el gas natural y Argelia», a raíz del giro estratégico del Ejecutivo respecto al Sáhara Occidental. Entre otras cuestiones, planteaban: «¿Cómo valora el gobierno a efectos de seguridad de suministro y de estabilidad de precio los incrementos de demanda de gas natural previsibles de cara a la campaña de verano?».
En ese momento, los precios del gas ya habían subido con fuerza por la invasión de Ucrania pero Rusia todavía no había amenazado con cerrar el grifo a Europa ni había empezado la revisión del gasoducto Nord Stream 1, que actualmente sólo bombea al 20% de su capacidad. Pero era un escenario perfectamente posible, agravado por el conflicto con Argelia provocado por Pedro Sánchez.
Sin embargo, el Gobierno hizo caso omiso de la advertencia. Al contrario, en su respuesta del 18 de mayo se limitó a desestimar este riesgo con el argumento de que la ley obliga a mantener unas existencias mínimas que se encuentran «en los almacenamientos subterráneos que podrían ser movilizados por el Gobierno en caso de que se produjera una situación de emergencia».
Esto es cierto, aunque su movilización no es automática, ya que no se puede sacar el gas a la velocidad que sería necesaria porque provocaría terremotos como los del famoso Castor. Por tanto, ese gas sólo serviría para cubrir la demanda uno o dos días, según los expertos.
Asimismo, la respuesta del Ejecutivo añadía que existe otra “reserva invernal” que los comercializadores deben mantener, esta vez con gas natural licuado, en las siete plantas de regasificación con que cuenta España.
Una falta de previsión que ha quedado en evidencia
Por tanto, el Gobierno no tomaba en serio el riesgo de problemas de abastecimiento del que le alertaba Vox. Como es sabido, esta falta de previsión ha quedado en evidencia, ya que Bruselas ha tenido que aprobar un plan llamado Ahorrar gas para un invierno seguro en previsión de un posible corte del suministro por parte de Vladimir Putin. Un plan que pilló a Sánchez desprevenido, por lo que tuvo que reunirse a toda prisa con las empresas del sector e incluso con agencias de comunicación para estudiar cómo explicar a la población los posibles cortes de gas o de luz, tal como adelantó OKDIARIO.
La Comisión Europea planteaba una reducción del consumo del 15% desde este mes para poder almacenar todo el gas posible antes del invierno, recorte que España rechazó y finalmente consiguió rebajar al 7%. Pero más allá de lo que ocurra en verano, si en invierno hay problemas de abastecimiento en otros países de la UE (y AXA considera que los habrá en Alemania e Italia aunque Rusia no cierre del todo el grifo), España tendrá que desviar hacia ellos parte del gas que recibe, por gasoducto y, sobre todo, por barco. Eso es lo que puede provocar que en nuestro país no haya suficiente gas para atender la demanda en invierno.