Crisis energética

AXA prevé una dura recesión en Europa y España aunque Rusia no corte del todo el grifo del gas

AXA recesión
Oficina de Axa.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La recesión a finales de año cada vez está más clara: hasta la propia Nadia Calviño ya no la descarta. Pero, en general, las previsiones son de una caída ligera de la economía, que no causará graves quebrantos (en especial en el empleo). Sin embargo, la aseguradora francesa AXA se desmarca de este consenso y prevé una recesión dura a partir del cuarto trimestre en Europa, España incluida. Y eso, aunque Rusia no corte del todo el grifo del gas; basta con que lo mantenga en los niveles actuales.

«No acertamos a ver qué motores de crecimiento alternativos pueden encenderse en el cuarto trimestre, por lo que esperamos una contracción del PIB en la zona euro. Y las cosas pueden ser mucho peores de lo esperado, en función de cómo se desarrollen las cosas en el frente energético», asegura Gilles Moëc, economista jefe en AXA Investment Managers, la gestora de fondos de inversión de esta firma.

A su juicio, los países del Sur de Europa se han comportado mejor que los del Norte en el segundo trimestre por la reactivación del turismo y la comparación con la pandemia, pero cree que este efecto se agotará rápidamente en la parte final del año. Y el impacto de la inflación en la renta de los hogares -que es el doble en España que en Francia y Alemania, según la OCDE- se dejará notar más que hasta ahora.

El gas marcará la gravedad de la crisis

Y luego está la cuestión de la energía, que es la gran incertidumbre. Según el economista de AXA, si Rusia mantiene el flujo de gas en el gasoducto Nord Stream 1 en el 20% actual, ni Alemania ni Italia tendrán suficiente gas para este invierno, por mucho que almacenen ahora (salvo que sea excepcionalmente templado; a la inversa, si es muy frío, la situación se agravará), ya que China y el resto de Asia demandarán más barcos de GNL (gas natural licuado), que ya no podrán venir a Europa.

Eso obligará a España a derivar parte de su gas a otros países de la UE y a reducir su consumo interno, mucho más allá de las medidas del plan que acaba de aprobar Pedro Sánchez. Moëc no cree que ningún Gobierno vaya a rebelarse contra la solidaridad exigida en Europa.

Y la situación puede agravarse aún más si hay nuevas interrupciones del suministro de Noruega (que recientemente ha sufrido una huelga) o si Argelia reduce los niveles de abastecimiento a España. Por supuesto, el peor escenario posible sería que Putin cierre completamente el grifo, en cuyo caso la recesión sería mucho más grave.

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