España registra el peor volumen de ventas de coches en julio desde 2014 por la falta de piezas
El sector de la automoción no levanta cabeza. Primero fue el impacto de la crisis del coronavirus en la demanda. Ahora, la falta de abastecimiento de piezas en la producción ha provocado un hundimiento de la venta de coches hasta retroceder a niveles propios de la crisis financiera por la escasez de vehículos en los concesionarios. En concreto, las matriculaciones de turismos y todoterrenos en España se situaron en 83.900 unidades durante el pasado mes de julio, lo que supone una disminución de casi el 30% en comparación con el mismo período del año anterior.
Según datos de las asociaciones de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam), las entregas de automóviles en los siete primeros meses del año alcanzaron un volumen de 540.732 unidades, un 18,1% de crecimiento respecto a 2020 y del 33,2% respecto a los niveles previos al impacto de la crisis del coronavirus.
La bajada de impuestos no funciona
Según la directora de Comunicación de Ganvam, Tania Puche, «el impasse desde que el 30 de junio se ratificara definitivamente en el Congreso de los Diputados la reducción temporal del impuesto de matriculación y su entrada en vigor -doce días después- ha pasado factura al mes de julio». «A partir del día 12 se acelera el ritmo de ventas diaria evidenciando el valor de la medida, pero la velocidad de ventas de coches en España adquirida no ha sido suficiente para compensar el parón inicial, quedándonos muy por debajo del mismo mes del año pasado, cuando en plena pandemia se superaron con creces las 100.000 unidades, gracias a que se liberó la demanda retenida durante el confinamiento», añade.
«Además, hay otra cuestión coyuntural añadida a la venta de coches en España, y es que como la escasez de microchips prolonga los tiempos de entrega de los vehículos nuevos, las compras -especialmente de particulares- se están desplazando hacia el vehículo de ocasión. Si a esto le unimos la caída de la confianza del consumidor ante la quinta ola, tenemos la tormenta perfecta para encontrarnos con el volumen más bajo de matriculaciones registrado en julio desde 2014», asegura Puche.
«La situación empieza a ser comprometida»
Por su parte, Raúl Morales, director de comunicación de Faconauto, indica que «la situación empieza a ser comprometida, porque el referente, que es el canal de particulares, es decir, la venta que hacen los concesionarios, vuelve a caer con fuerza con respecto a hace un año y se ha situado incluso un 34% por debajo de las cifras de julio de 2019, lo que habla de la tendencia tan negativa que sigue el mercado». «La falta de stock por la crisis de los microchips está impactando sobre las matriculaciones, a lo que hay que unir, lógicamente, la lenta salida de la crisis tras el impacto de la crisis del coronavirus», recalca.
Además, vuelve a ser determinante para el mercado la confusión y la falta de seguridad de los compradores respecto a qué tecnología elegir por los vaivenes del Gobierno de Pedro Sánchez y la falta de ayudas a los vehículos de combustión -gasolina y diésel-. Mientras que otros sectores empiezan a recuperarse, el automóvil, que debería estar siendo el tractor de la recuperación, se hunde y no tiene un horizonte claro de cuándo iniciará la remontada.
«Un primer paso sería el que se lanzara un mensaje tranquilizador a los ciudadanos respecto al papel que tienen que jugar todavía los motores de combustión durante la transición que estamos viviendo hacia la movilidad eléctrica. No podemos obviar que, en los próximos diez años, se venderán unos doce millones de coches en España, de los que todavía diez tendrán un motor de combustión», concluye Morales.
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