España entierra más de 4.000 millones en Afganistán entre gastos en Defensa y cooperación
La vuelta al poder de los talibanes a Afganistán casi veinte años después de la guerra que les apartó ha echado por tierra miles de millones de euros gastados por la comunidad internacional para el desarrollo del país y la formación de su policía y ejército. En el caso de España, superan los 4.000 millones de euros en el periodo tanto en gastos en Defensa, según datos del Ministerio que dirige ahora Margarita Robles, como en inversiones y cooperación, según un informe del Real Instituto Elcano.
Según un informe de Defensa, los fondos empleados por España en la reconstrucción de Afganistán han alcanzado la cifra de 3.500 millones de euros sólo hasta diciembre de 2014, con un coste en vidas humanas de más de 100 soldados. A partir de ese año, España se replegó del país, dejando allí un mínimo contingente de soldados cuyo coste anual ha sido de diez millones de euros -ocho millones en 2020-. Más de 20.000 soldados han participado por parte de España en el contingente a lo largo de estos años.
Además, un informe del Real Instituto Elcano sobre el compromiso económico de España con Afganistán entre los años 2001 y 2014 -Afganistán dejó de ser país prioritario para la Cooperación Española en el último Plan Director 2013-2016-, cifra en 526 millones de euros el dinero que han utilizado los diferentes gobiernos españoles en este país asiático, según datos de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (Aecid).
En total, sumando ambas partidas, los fondos destinados por España a Afganistán superan los 4.000 millones de euros, fondos que ahora quedan en papel mojado con la vuelta de los talibanes al poder y la previsible nueva guerra internacional que se producirá en los próximos meses o años si lo talibanes repiten su comportamiento previo al 2001.
La ayuda española se ha centrado en la ayuda humanitaria al principio y posteriormente en el desarrollo rural y de la agricultura, hasta que finalmente, entre 2103 y 2015, se limitó a subvencionar los planes internacionales de Naciones Unidas.
Peor aún son los datos de Estados Unidos. Desde 2002, Estados Unidos ha gastado alrededor de 143.270 millones de dólares en actividades de reconstrucción en Afganistán. Más de la mitad (88.320 millones de dólares), en fortalecer las fuerzas de seguridad afganas, otros 36.000 millones de dólares para gobernanza y desarrollo, y otras cantidades más pequeñas para esfuerzos antidrogas y ayuda humanitaria. Eso en la reconstrucción. Un informe de la Universidad de Brown de 2019 citado por la BBC cifra en casi un billón de dólares el coste de la guerra para Estados Unidos.
¿La historia se repite?
La vuelta de los talibanes al poder en Afganistán amenaza con repetir la historia de hace veinte años. Así lo advierte el economista Daniel Lacalle, que alerta sobre todo de que la victoria de los talibanes «de alas al ISIS» en otros países, como Siria, complicando la situación geopolítica de la zona: Jordania, Irán, Irak, Paquistán…
Además, Lacalle advierte de que ahora los talibanes tendrán en su poder las fuentes minerales de Afganistán, y el gas. Está prevista la construcción de un gasoducto que llevará el gas de Turkmekistán hasta la India por Afganistán y Pakistán (conocido como PATI, por las iniciales de los países que atraviesa). El proyecto lleva varias años en estudio y en febrero una delegación de los talibanes se comprometió a defenderlo. Los ingresos previstos para Afganistán, además de cientos de empleos, se cifra en 365 millones de euros anuales. Transportaría 33 bcm de gas, el triple Medgaz.
Otra posibilidad que está en el horizonte y que pondría patas arriba la economía mundial es la opción de otra guerra. Para Lacalle esta opción está muy lejana porque la ONU no hará nada en el corto plazo. Las bolsas no han reaccionado especialmente y el índice español ha cedido un 0,8%, principalmente por los datos macro de China.