¿Cómo funciona una hipoteca multidivisa?

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Actualmente, encontramos el Euríbor en mínimos históricos. Ahora bien, esta situación, hace unos años (especialmente antes de estallar la crisis inmobiliaria) la realidad era muy distinta. El Euríbor se situaba en valores altos, superiores al 3%, hecho que encarecía el recibo de la hipoteca de una forma considerable. En un momento de burbuja en el cual las entidades financieras concedían muchos préstamos hipotecarios, era normal que el valor estuviera alto.

Entonces, para intentar salvar aquella situación, hubo quien creyó conveniente contratar una hipoteca multidivisa. ¿De qué se trata? Es un préstamo hipotecario igual que cualquier otro pero con una diferencia muy importante: que se referencia el tipo a la fluctuación de una divisa determinada. Normalmente, se escogían monedas que se esperaban que no sufrieran grandes oscilaciones y que formaran parte de economías consolidadas, como el yen japonés, el franco suizo o el dólar americano.

¿Cómo se fija el interés?

En el caso de este tipo de hipotecas, la cuota a pagar varía cada mes y depende de la variación de la divisa contratada. Es decir, si su cotización respecto el euro baja, entonces la cuota también lo hará. Por el contrario, subirá.

Estas hipotecas tienen un tipo de interés común: el líbor, que varía según el tipo de interés del país y su situación económica. Hay que tener en cuenta que, si se contrata la hipoteca a aquella divisa, hay que devolver el importe en aquella divisa. Ello entraña un riesgo importante, ya que nosotros cobramos en euros pero, en cambio, la deuda está en una moneda distinta.

¿Cuáles son sus principales riesgos?

Durante los puntos anteriores, ya se han dejado ver alguno de los riesgos que entraña contratar este tipo de hipotecas. El principal es la inseguridad respecto el pago a afrontar. La divisa fluctúa de valor cada día, por lo que el importe mensual a pagar variará cada vez.

Hay quien cree, de forma errónea, que el líbor no sufre grandes cambios en el tiempo, pero no es así. Se trata de un índice que puede estar sometido a importantes cambios y que se ve especialmente afectado por las circunstancias del país donde circula la moneda.

Por lo tanto, en casos extremos, podemos encontrarnos con que la deuda vaya subiendo de una forma constante y que cada vez el importe a afrontar sea mayor. Si el euro cotiza de una forma muy baja respecto la divisa (como está ocurriendo ahora mismo en algunos casos), la cifra se puede disparar hasta extremos insospechados.

En el actual contexto de Euríbor bajo, pues, no se recomienda la contratación de este tipo de hipoteca.

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