Clesa gana la batalla a Kaiku: sus envases de leche sin lactosa no atentan contra la competencia

Lactosa
Gama de Laiku de productos sin lactosa.

La empresa Laiku ha sufrido un duro revés en los tribunales en el conflicto que mantiene con la compañía gallega Clesa, a la que acusa de competencia desleal por imitar los envases de los productos de leche sin lactosa que ambas comercializan en España.  El juzgado número dos de lo mercantil de Pontevedra ha desestimado la demanda de Kaiku.

La empresa demandante considera que los envases de productos “sin lactosa 0%” que Clesa lanzó al mercado en 2016 tienen «una apariencia prácticamente idéntica» a los de esta gama que Kaiku comercializa desde el año 2013, considerando que Clesa ha copiado sus diseños haciendo competencia desleal, por lo que reclama ser indemnizada por daños y perjuicios al considerar que ambos productos son «confundibles» y que Clesa pretende aprovecharse de la reputación de la marca Kaiku.

Sin embargo, en un fallo dictado el 24 de julio, el juzgado sentencia que «del examen de los elementos esenciales y diferenciadores de cada uno de los envases reproducidos cabe concluir que no existe riesgo de confusión», que es elemento clave que recoge la Ley de Competencia Desleal para determinar si hay delito. El fallo no es firme y cabe recurso.

Así, la Sala señala que Clesa mantiene para esta gama un estilo que «le es propio» en «el diseño de los envases en los que comercializa sus yogures y postres lácteos» por lo que niega que exista una «supuesta huida» por parte de esta marca en su identidad para aprovecharse de la reputación de Kaiku.

En lo tocante al empleo en ambos casos de los colores morado y blanco, la sentencia se remite a lo expuesto por uno de los peritos en el juicio sobre «la vulgarización del color morado para identificar en el mercado los productos sin lactosa» por diversas marcas.

Respecto a esa combinación de colores, la sentencia estipula que «el contraste de las imágenes de la parte superior de los packs de Clesa y de Kaiku permite constatar a simple vista que la disposición de los colores combinados no es la misma», pues en el envase de Clesa «existe una onda vertical (corporativa) que separa el morado del color blanco (en el yogur natural) y de la imagen de las fresas (en el yogur de este sabor)».

«A ello se une que la onda de separación no tiene similitud alguna con un rasgado que simula la rotura del cartón, propio del envase de Kaiku», señala la sentencia. Además, el logotipo es perfectamente visible en ambos casos y diferenciado en cada marca.

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