Se acabó la espera: vuelve a Mercadona el postre más deseado del verano
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Cuando llega el calor, hay sabores que se convierten en imprescindibles no sólo por ser deliciosos, sino también porque evocan recuerdos que nos hacen sentir mejor. Y uno de esos sabores que ha dejado huella en muchos hogares es el del helado de tarta de queso con fresas de Hacendado, una propuesta cremosa y golosa que Mercadona recupera de nuevo este verano para alegría de sus clientes más fieles. Y no es para menos: pocos postres logran ese equilibrio perfecto entre frescura, dulzor y una textura que casi se deshace en la boca.
El postre de Mercadona más deseado del verano vuelve ahora en su formato de 500 ml y lo hace por todo lo alto. Con su diseño inconfundible en tonos rosas, que evoca una porción de cheesecake recién horneada con fresas naturales por encima, el envase ya invita a imaginar lo que viene dentro. Y es que esta combinación no solo es apetecible por su sabor: también lo es por su precio. Por 3,15 €, podemos darnos un homenaje sin necesidad de salir de casa ni vaciar el bolsillo.
Pero, más allá de su aspecto y su coste, lo que realmente ha convertido a este helado en uno de los productos más buscados del verano es su sabor. Un postre que despierta emociones, que enamora desde la primera cucharada y que ya muchos consideran un imprescindible en la lista de la compra estival. Te contamos ahora todos los detalles y por qué ha vuelto a Mercadona para quedarse.
Vuelve a Mercadona el postre más deseado del verano
Una de las claves del éxito de este helado de Mercadona es que no se limita a tener sabor a tarta de queso. En su composición encontramos auténticos ingredientes que recuerdan fielmente a una cheesecake tradicional: queso (17,5 %), nata, leche, yema de huevo y mantequilla, todo ello mezclado con trozos de galleta y una salsa de fresa natural que representa un 13 % de su contenido. Este equilibrio entre lácteo, fruta y crujiente crea una experiencia sensorial muy completa.
Cada cucharada combina la suavidad de la crema de queso con la acidez sutil de la fresa y el punto crocante de la galleta. No es un sabor artificial ni empalagoso. Al contrario, se nota que la receta está bien pensada para no saturar, para invitar a repetir sin que resulte pesada. Además, el toque de caramelo aumenta la delicia de su sabor y también le aporta mayor cremosidad.
Ideal para compartir
El formato de 500 ml lo hace ideal para varias raciones, perfecto para sacar después de una comida con amigos o en una tarde de películas en casa. Pero lo cierto es que, cuando uno lo prueba, no siempre apetece compartir. Muchos consumidores confiesan que lo comen directamente del bote, sin complicaciones, cucharada a cucharada, en uno de esos momentos en los que apetece un mimo dulce.
Y no solo gusta a adultos: el sabor suave y ligeramente lácteo también lo hace apto para los más pequeños, sin necesidad de añadir más azúcar a su dieta. Según la información nutricional, por cada 100 g contiene 272 kcal, 17 g de grasas (de las cuales 11 g son saturadas), 26 g de hidratos de carbono y 3,7 g de proteínas. En resumen, un capricho razonable si se disfruta con moderación.
Apto para congelador y para antojos repentinos
El helado debe conservarse a temperaturas inferiores a -18 ºC y no puede volver a congelarse una vez descongelado. Esto es importante porque su textura es uno de sus puntos fuertes: si se mantiene correctamente, se mantiene esa cremosidad que lo distingue de otros productos similares.
Otra ventaja es su disponibilidad. Al ser una edición muy esperada, Mercadona lo ha vuelto a distribuir de forma general en sus supermercados, aunque conviene no confiarse: su popularidad hace que desaparezca rápidamente de las estanterías. De hecho, ya hay quienes recomiendan llevarse más de uno si se encuentra, por si acaso. A veces, los favoritos del verano no tardan en agotarse.
En definitiva hay sabores que nos atrapan porque conectan con algo más que el paladar. Este helado nos recuerda a todas esas reuniones familiares, a meriendas especiales o simplemente a la alegría de darse un capricho en pleno verano, y cuando el calor aprieta. Su éxito reside en lo emocional, pero también en lo sensorial: buena materia prima, sabor reconocible, textura envolvente y una presentación atractiva. Y todo ello a un precio razonable, sin estridencias.
No es casualidad que muchos consumidores lo busquen cada temporada y lo reciban con entusiasmo cuando vuelve a aparecer tal y como es el caso ahora. Su ausencia en los meses más fríos solo hace que se desee más. Así que ahora que ha regresado, es el momento de redescubrir por qué el helado de tarta de queso Hacendado se ha convertido en el postre más deseado del verano. ¿A qué esperas para ir a por tu tarrina?.