Guerra del taxi

Castellanos, Varo, Alsa… empresas y fortunas que más sufrirán con el fin de las VTC en Barcelona

Los últimos años han vivido movimientos muy importantes para posicionarse en Barcelona con traspaso de miles de licencias, así como la llegada de fondos de inversión estadounidenses.

Jaime Castellanos, presidente de Lazard y copropietario de Moove Cars, socio de Uber
Jaime Castellanos, presidente de Lazard y copropietario de Moove Cars, socio de Uber

En los últimos años el número de licencias VTC se ha disparado desde apenas poco más de 1.000 hace cuatro años a 6.000 en 2017 y hasta unas 13.000 actualmente, según los datos del Ministerio de Fomento. Estas licencias han ido cayendo como fruta madura hasta que el ministerio de Ana Pastor cerrara el grifo con una modificación en un real decreto en 2015, después de que un abogado descubriera una falla en la ley Ómnibus que, de hecho, obligaba a los tribunales a conceder las autorizaciones solicitadas a las comunidades autónomas con arreglo a la ley.

En todo este tiempo con este desajuste legal, un grupo de inversores ha visto la oportunidad de entrar en el negocio para trabajar asociados a Uber y Cabify. Son ellos los que tienen más que perder si se aprueba y aplica el decreto ley propuesto por la Generalitat de Cataluña que les impone 15 minutos para poder atender a los clientes entre otras restricciones. Entre los más dañados está Cabify, pero no Uber.

Varo y Juan de Antonio en Vector

Son los número 1 en Barcelona con 600 licencias tal y como indicaron el pasado viernes en una rueda de prensa. Vector Ronda Teleport es una compañía que fue constituida por Cabify (compartiendo en origen su nombre corporativo: Maxi Mobility) y cuyo objetivo es acumular autorizaciones VTC para luego venderlas o explotarlas con la aplicación. Los directivos de Cabify Juan de Antonio y Juan García Braschi decidieron compartir el negocio con Rosauro Varo, ex socio de Javier Hidalgo en Pepephone.

En 2017 Rosauro Varo inyectó 11,8 millones de euros en Vector para hacerse con el 44% del capital, valorando así a la compañía en más de 25 millones de euros. Pero con un riesgo claro: su mayor activo son sus licencias, que pueden devaluarse estrepitosamente en Barcelona si Cabify se marcha de allí.

Castellanos, rey de las VTC con King Street

Ex presidente del grupo Recoletos, que vendió a la Unidad Editorial dirigida entonces por Pedro J. Ramírez, accionista prominente en Vocento, consejero del banco de inversión Lazard (donde fichó a Rodrigo Rato, quien luego le premiaría dirigiendo la salida a bolsa fallida de Bankia), Jaime Castellanos es desde el año pasado uno de los mayores tenedores de autorizaciones VTC de España, con su apuesta por Moove Cars (antigua Yirmi UC Fiesta Omnibus, una empresa también creada por Cabify para acumular licencias) donde se han puesto en juego 200 millones de euros según adelantó en exclusiva OKDIARIO.

El máximo accionista de Gestamp Jon Riberas y el fondo norteamericano King Street también forman parte de esta aventura

El empresario Juan Ortigüela, que fue de los primeros en obtener miles de licencias, traspasó 4.000 de estos permisos a Castellanos y compañía el pasado año, tras haber acumulado durante año un buen número de licencias con el objetivo de luego vendérselas a inversores intersados. En Barcelona Moove Cars tiene 400 autorizaciones VTC funcionando y otras 600 en curso.

ALSA, propietaria de licencias

La compañía de autobuses ALSA propiedad de la familia Cosmen, que es posiblemente la más importante empresa de transporte terrestre de pasajeros en España, también entró a trabajar en Barcelona a través de su empresa Tibus SA, que controla al 60% mientras que Moove Cars tiene el 40% tal y como informó la prensa el pasado mes de marzo.

Tibus SA es titular de 120 licencias en Barcelona, manteniendo eso sí una posición puramente inversora, y no de gestión, que han dejado a Manuel Puga y Rafael García Tapia, los máximos responsables de Moove Cars.

«En cuanto al futuro, estará marcado por lo que digan los Tribunales y las autoridades de la Competencia sobre la regulación del sector.
En todo caso, consideramos que la Administración debe preservar la seguridad jurídica para garantizar la actividad empresarial y la creación de empleo y que de aprobarse nuevas limitaciones operativas, se haría inviable la existencia de los operadores», han dicho a este diario desde fuentes oficiales de ALSA.

Los exjefes del taxi Parrondo y Goñi

José María Parrondo es el propietario de Auro New Transport Concept, antigua Gesstaxi, una empresa dedicada desde 2013 a la explotación de licencias VTC. Parrondo era uno de los líderes del sector del taxi en Madrid hasta que en 2011 se cambió de bando y pasó a ser un empresario de licencias de alquiler de coche con conductor.

Parrondo adquirió 1.000 licencias a José María Goñi, otro ex jefe del taxi en Barcelona, este pasado verano, por un precio de alrededor de 20 millones de euros según ‘La Información’. En su grupo han entrado prominentes inversores del sector tecnológico como Félix Ruiz, Zaryn Dentzel o Hugo Arévalo (Tuenti y Job & Talent).

Y mientras Parrondo y sus inversores tienen varios cientos de licencias de VTC en Barcelona también hace lo propioGoñi, que en 2010 abandono como jefe de Stac (la patronal del taxi catalana afiliada a Fedetaxi) y hoy es otro de los mayores poseedores de licencias VTC en Barcelona a pesar de haber vendido muchas de ellas al grupo Auro de Parrondo. Estos dos ex taxistas son los que más licencias acumulan en la Ciudad Condal y el riesgo de perder su inversión es ahora mismo máximo si sale adelante la normativa que les impida operar como hasta ahora, como así parece que ocurrirá este martes.

 

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