Los últimos avances judiciales contra BBVA sepultan la confianza del BCE en la continuidad de Torres
Desde Fráncfort ya no se apuesta por Jaime Caruana pero se cree que los fondos propietarios impondrán otro presidente que no sea próximo a Francisco González. Las declaraciones de los últimos días hablan de un banco que trata de cargar la responsabilidad en Francisco González mientras que declaraciones de otros empleados implican a sus servicios jurídicos.
El BCE cree que los últimos avances judiciales contra BBVA sepultan la opción de que Carlos Torres Vila siga como presidente de la entidad, y considera que los fondos internacionales, que son de facto los principales accionistas del banco, exigirán con firmeza el relevo del directivo madrileño, que será de esta forma castigado por su relación personal y profesional con Francisco González.
Por otra parte, la opción de Jaime Caruana, que se veía como firme sustituto de Torres durante meses anteriores, ha perdido fuerza en las preferencias del regulador.
Los avances en la investigación del juez Manuel García-Castellón de la Audiencia Nacional esta misma semana aumentan las dudas sobre la actividad de FG -mentor de Torres- y de los propios servicios jurídicos del banco, y refuerzan la idea en Fráncfort de que Torres, aunque no sea imputado -aún no lo está el expresidente González- es una figura muy ligada al banquero gallego y por tanto de forma indirecta al excomisario José Manuel Villarejo.
Novedades en la investigación
Durante esta semana se han conocido algunas novedades: en primer lugar datos de la investigación ‘forensic’ encargada por el banco, que concluían que González encargó trabajos a Villarejo sin mediar contrato escrito y con intenciones relacionadas con su vida privada, como la compra de una mansión de lujo en Marbella valorada en 10 millones de euros. Altos directivos del banco conocerían esta relación FG-Villarejo, según se desprende del informe, aunque no señala quiénes.
Pero es que en las declaraciones del expolicía César Bilbao, que trabajó como jefe de seguridad bancaria de BBVA y ha acudido al tribunal especial este mismo jueves, se señala que el departamento jurídico del banco habría estado al tanto, en todo momento, de las peticiones realizadas por la Policía Nacional para consultar información de determinados clientes. Es decir que sería con conocimiento del propio banco que se habrían hecho filtraciones ilegales de información.
Fuentes anónimas del regulador bancario aseguran que existe gran preocupación en el consejo de gobierno del BCE sobre el daño reputacional a BBVA. Consideran que las estrategias de defensa del banco y de González de culparse mutuamente de la relación presuntamente ilícita con Villarejo pueden perjudicar a la entidad.
El daño reputacional al banco por el momento es bastante limitado y en la Torre Azul tampoco consideran que esté impactando, por el momento, en su modelo de negocio. Tal y como indica el banco, «hasta el día de hoy no hemos identificado ningún impacto directo relevante causado por esta situación en el negocio, en los inversores o en el rendimiento de las acciones. BBVA mantiene un diálogo constante con inversores institucionales / grandes fondos y no comparten con nosotros ninguna inquietud relacionada con el caso Cenyt».
No obstante, una más que segura llamada a declarar como investigado a FG volverá a reanudar la tormenta en la sede del banco vasco.