Arabia Saudí multiplica por cuatro su déficit por la caída del petróleo
Los ricos también lloran o si lo prefieren las monarquías petrolíferas de Oriente Medio también se tienen que apretar el cinturón. Y todo ello por la bajada del petróleo provocada por el desarrollo del fracking (fracturación hidráulica) y el menor consumo en los países industrializados.
Así las cosas, Arabia Saudí quiere iniciar una primera tanda de privatizaciones para frenar la explosión que ha sufrido su déficit público. Esto se debe a que muchos de los productores del Golfo Pérsico han emprendido una estrategia que consiste en bajar los precios del crudo para que los productores de fracking se arruinen. Esto conlleva que dichos países reduzcan drásticamente su principal fuente de ingresos.
Se estima un petróleo barato los dos próximos años
El Gobierno de Riad, según informes propios y del FMI, ha multiplicado por cuatro su déficit público este año hasta alcanzar los 89.000 millones de euros al cambio frente a la divisa local. Una cantidad que equivale al 5,8% del PIB nacional. Estas cifras implican un incremento de casi cuatro puntos respecto al 2% que se registraba el año pasado.
Este incremento se debe al recorte del 46% que han sufrido las arcas públicas del país árabe, que sólo por la industria del petróleo ha recaudado un 23% menos que hace un año. El propio ministerio de Economía saudí califica como muy bajo el precio actual del petróleo y lo sitúa como el origen de todos los desequilibrios macro que registra el país.
Además, el panorama no pinta demasiado halagüeño pues es la propia Arabia Saudí la que en las reuniones de la OPEP sigue manteniendo una postura inflexible sobre seguir inundando el mercado con barriles de petróleo. Algo que también penaliza a los miembros de esta organización petrolífera menos competitivos como son Venezuela o Libia.
Muchos analistas estiman que podemos tener un petróleo bajo los próximos dos años.
El ministro saudí del ramo, Ibrahim Abdulaziz al-Assaf, acaba de presentar en Riad un plan de choque para garantizar la sostenibilidad de las finanzas del otrora millonario país. Para ello, quiere en primera instancia diversificar sus fuentes de ingresos no haciéndolas tan dependientes del petróleo. Además, pretende privatizar varios sectores y actividades económicas de monopolio público y revisar, de forma gradual eso sí, el incipiente estado del bienestar que se estaba desarrollando el país.
Así se acabará con las subvenciones al precio de consumo de energía, agua y electricidad para mejorar la eficiencia energética, contribuir a la conservación de los recursos naturales y frenar su malgasto. Hasta la fecha, toda ciudadano saudí por el hecho de serlo tenía la energía, el agua y la electricidad gratis.
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