Adiós a los bazares chinos de toda la vida: el nuevo negocio que va a llegar a España y que lo cambia todo
Los bazares chinos dejan paso ahora a otros comercios como agencias de viaje
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Durante años, los bazares chinos han formado parte del paisaje cotidiano de cualquier barrio español. Todos hemos bajado al «chino de la esquina» a comprar algo que necesitábamos de última hora, o hemos entrado a echar un vistazo para ver qué encontrábamos. Sin embargo, esa imagen clásica empieza a quedarse desfasada. La comunidad empresarial china está virando hacia nuevos sectores y lo que parecía un modelo consolidado empieza a transformarse en otra cosa. El fenómeno no es anecdótico: lo confirman asociaciones, empresarios y analistas.
De hecho cualquiera puede comprobar como en las ciudades de todo el país se observa una reducción progresiva del número de bazares chinos tradicionales. La desaparición no se produce por falta de demanda, sino por una evolución estratégica: muchos empresarios están apostando por negocios con mayor margen, clientes más diversificados y actividades menos intensivas en mercancía importada. Peluquerías, centros de belleza, consultorías, agencias de viajes, cafeterías, boutiques de ropa y supermercados asiáticos están sustituyendo al clásico bazar de calle. Las marcas chinas, además, empiezan a aterrizar en España con modelos comerciales globales. Este cambio de rumbo es visible incluso para quienes llevan décadas ligados al sector. Lo explica con claridad Guan Jie, presidenta de la Asociación de Amistad Unida de Mujeres Chinas en España y propietaria de Viajes China España, con sede en Barcelona. Asegura que el sector está entrando en una nueva etapa y que ya no se habla únicamente de venta minorista, sino de servicios, turismo y nuevas líneas de negocio que hace años nadie habría imaginado.
Adiós a los bazares chinos en España
El panorama empresarial chino en España ya no se parece al de hace quince años. Según empresarios consultados por medios internacionales, se está produciendo una diversificación acelerada: donde antes había un único tipo de comercio, es decir, el bazar chino de toda la vida, ahora proliferan negocios de nicho y servicios especializados.
De este modo, la apuesta de los empresarios chinos en España es la diversificar negocios y crear otro tipo de tiendas, como por ejemplo consultorías orientadas al comercio, agencias enfocadas en turismo bilateral, salones de belleza con estética asiática, nuevos cafés y teterías de marca. Pero no sólo eso, también aterrizan cada vez más supermercados con productos importados y tiendas de ropa gestionadas por jóvenes emprendedores. La presencia es más variada, más profesionalizada y mejor adaptada al consumidor español y a sus nuevas costumbres de compra.
Es una evolución que refleja una madurez económica: muchas familias chinas que comenzaron en el sector del bazar han acumulado experiencia, capital y conocimiento del mercado suficiente para dar el salto hacia negocios más rentables y con horizontes distintos. Además, está también el factor generacional, con familias chinas cuyos hijos han crecido en España y prosiguen los pasos de sus padres aunque enfocados en nuevos modelos de negocio.
TeaPanda y el desembarco de las grandes marcas chinas
Uno de los ejemplos más visibles de este cambio es TeaPanda, una cadena de té con leche que suma unas 8.000 tiendas en todo el mundo. Este año ha abierto su primera tienda en Barcelona y ya prepara su desembarco en Madrid. Su llegada confirma que las marcas chinas ya no aterrizan sólo con productos, sino con modelos de negocio completos, imagen corporativa, estrategia global y un público joven que las reconoce por redes sociales.
Zheng Dingxin, asistente de ventas de la marca, resume el ambiente con optimismo: «Vienen más marcas chinas, y eso mejora la comida y todo lo demás aquí». Lo que hasta hace unos años era un mercado basado en importación y distribución está dando paso a cadenas que buscan implantarse y competir directamente en restauración, ocio y consumo urbano.
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Supermercados asiáticos: el otro gran salto
Otro ejemplo significativo es Mormón Asian Market, un supermercado creado por tres jóvenes emprendedores chinos que crecieron en España y conocen perfectamente los gustos y hábitos de consumo de ambos lados. Su gerente, Chen Juyi, explicaba que la idea del proyecto es “cubrir ambos lados de nuestra cultura”, combinando productos asiáticos con referencias adaptadas al público español.
Estos supermercados se han multiplicado en ciudades como Barcelona y Madrid, convirtiéndose en espacios donde conviven ingredientes tradicionales, productos importados y marcas globales que antes solo se encontraban en tiendas muy especializadas.
Un motor económico clave dentro de España
La transformación también tiene una lectura económica importante: la comunidad china es, según datos de UPTA, el mayor grupo extranjero de trabajadores autónomos del país. Esto explica la velocidad con la que cambian de sector, se adaptan a nuevas oportunidades y ocupan nichos de mercado aún poco explorados.
La reducción del bazar clásico no implica una retirada, sino una transición hacia sectores con más futuro y más margen económico. Consultorías para nuevos emprendedores, turismo especializado entre China y España, hostelería de inspiración asiática o cadenas globales de bebidas y alimentación están sustituyendo al modelo tradicional, y el movimiento parece imparable.