Día de la Constitución

40 años de Constitución en la Industria: de los Altos Hornos de Vizcaya a Galileo, el GPS europeo

La evolución de la Industria española durante los 40 años de vigencia de la Constitución queda reflejada en la diferencia entre la siderurgia de los Altos Hornos y la tecnología puntera de Galileo

La española GMV lidera el control de los satélites de Galileo, el rival europeo del GPS

40 años de Constitución en la Industria: de los Altos Hornos de Vizcaya a Galileo, el GPS europeo
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Carlos Ribagorda

De la siderurgia de los Altos Hornos de Vizcaya -cerrados definitivamente en 1996- a los chips y satélites de GMV, la empresa tecnológica española elegida por la Agencia Espacial Europea (ESA) para liderar el control de satélites del sistema Galileo, rival del GPS norteamericano y del Glonass ruso. De las batallas de los poderosos mineros en defensa de su industria al conglomerado empresarial aeronáutico de Sevilla. Del textil catalán, a la gigantesca multinacional logística de Zara y Amancio Ortega. La industria española ha dado un salto extraordinario durante los 40 años de vigencia de la Constitución, siendo más internacional y competitiva que en 1978, pero todavía quedan muchas cosas por hacer, según los expertos consultados.

«Lo más importante es que se ha pasado de una industria pequeña y nacional a una más fuerte e internacional. El gran salto de la industria española es su internacionalización, y no solo de las grandes, sino también de las pequeñas y medianas empresas que han tenido que exportar por estrategia o por necesidad», explica José Ramón Pin, profesor del IESE.

«La clave es que en 1978 en España había una industria ineficaz y estatalista y 40 años después es un sector más pequeño, donde trabaja menos gente, pero más competitiva, avanzada e internacional», explica el economista Moisés Carretero.

«¿La industria en los 40 años de la Constitución? Te lo resumo en esta frase: España ha multiplicado por diez sus exportaciones y Alemania, por dos», asegura el economista José Carlos Díez.

PIB

Más internacional, más competitiva, pero más pequeña. En efecto, en 1978 el peso de la industria en el PIB de España era todavía del 36% y casi tres millones y medio de personas trabajaban en este sector, alrededor de un 25% del total. Sin embargo, hoy en día su peso en el PIB es del 15% y ocupa al 13% de la población.

Pero, pese a que aporta menos al PIB español, el sector ha protagonizado una «profunda transformación» en los últimos años, según un informe de los catedráticos de la Universidad del País Vasco Roberto Velasco y Beatriz Plaza. En esa profunda transformación ha tenido mucho que ver la entrada de España en Europa en 1986, que permitió la entrada de mucho capital extranjero en España, y el desarrollo de la industria automovilística.

Como señala también el profesor Pin del IESE, este sector es clave en el desarrollo de España y ha convertido al país en «una de las potencias mundiales en exportación de coches». Velasco y Plaza ponen de ejemplo la llegada de General Motors a Zaragoza en 1982, que «propició la difusión de industrias auxiliares, mayores inversiones e infraestructuras». En España se matricularon 654.033 vehículos en 1978 y el parque total era de 6,5 millones de turismos. Hoy se matriculan 1,2 millones al año y el parque es de 23,5 millones de turismos.

Junto al automóvil fue clave la reconversión industrial de los ochenta. «Fue muy fuerte, muy dura, es cierto. Pero puso las bases de algo mejor», asegura Carretero. Aún así, para este economista todavía quedan cosas por hacer en este sentido. Lo más importante, «dejar de hacer política social con la política industrial», asegura. «Si sobra Navantia, por ejemplo, pues hay que cerrarla. Navantia u otra. No podemos mantener industrias con dinero público solo porque una zona depende de un negocio que no es competitivo. Hay que hacer un plan de desarrollo de esa zona y no empeñarse en gastar dinero público», insiste Carretero.

Retos

Este es uno de los retos futuros para el sector en España, según este economista. El mayor según los expertos consultados es el de sacar partido y superar la industria 4.0, la del Big Data, la inteligencia artificial, el I+D+i. «Es el gran problema. España tiene un sector muy atomizado lo que hace más difícil adaptarse», asegura Carretero. «La investigación y desarrollo es el verdadero reto para el futuro, no hay otro. Hay que sobresalir ahí para superar al resto del mundo», pide José Ramón Pin. «Tenemos una industria del automóvil muy potente, el ferrocarril, la ingeniería ligada a las renovables, las constructoras españolas lideran el mundo… el reto es la nueva revolución tecnológica que viene», resume el profesor del IESE.

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