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Cómo actuar ante un error de la competencia

Un error de la competencia puede ser una oportunidad

compañeros de trabajo
Trabajadores en una oficina

En un mercado tan competitivo como el actual, cualquier error o fallo en la comunicación se puede pagar muy caro. Los clientes tienen distintas empresas entre las cuales escoger aquel producto que mejor colma sus necesidades. Por lo tanto, la falla de una se convierte en oportunidad para las otras.

Así pues, las empresas que forman parte de un mercado intentarán aprovechar cualquier resbalón que cometan las otras. Para ello, utilizan las siguientes estrategias:

  • Resaltar el atributo que ha provocado la falla de la otra empresa: si, por ejemplo, una empresa ha salido en los medios por una falla en materia de seguridad, las acciones de marketing irán destinadas a poner en relieve la bondad de este aspecto en este producto. Si el error ha venido por la emisión de un exceso de gases contaminantes en el medio, se pondrá énfasis en lo respetuoso que es con el medio ambiente nuestro producto. La clave pasa por transmitir un mensaje en positivo sobre la propia marca, no en negativo respecto la competencia.

 

  • Resaltar la imagen de marca: si se trata de una marca que goza de un cierto conocimiento entre el público, para acabar de reforzarla, la crisis de la competencia es un buen momento para afirmarla. Si, en cambio, se ha entrado hace poco tiempo en el mercado, la compañía tiene la oportunidad de presentarla como algo nuevo y fresco que no repetirá los errores de las otras presentes en el mercado.

 

  • Evitar hablar mal de las otras empresas: la publicidad destructiva hacia otras empresas del entorno no es recomendable. Primero, porque genera malestar en el resto de los competidores y con los agentes que trabajan en el sector (como, por ejemplo, los proveedores). Segundo, porque en un plazo relativamente corto de tiempo puede girarse en contra en caso de acometer algún error parecido.

 

  • Reforzar la idea que el sector es fuerte y estable: cuando una empresa sufre algún daño en la reputación, especialmente si la compañía es la líder o copa las primeras posiciones entre las preferencias de los clientes, se corre el riesgo que se apodere entre la población un pesimismo alrededor de la evolución del sector. Es un “efecto contagio” que puede afectar a las otras empresas que, en cambio, no presentan ningún problema. En este caso, las empresas del sector deben de hacer piña y lanzar mensajes y campañas en las que demuestren que se trata de un hecho puntual que no tiene porque afectar al resto.

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