Empleados de Deloitte España denuncian un “infierno laboral” en la auditora

Empleados de Deloitte España denuncian un “infierno laboral” en la auditora
Fernando Ruíz, presidente de Deloitte España (Foto: Casa de América)
María Villardón

Empleados de Deloitte España denuncian a OKDIARIO un “infierno laboral”, “horarios infinitos” y una “nula vida personal”, donde trabajo y vida social son conceptos imposibles de conciliar. Según aseguran varios trabajadores de la firma que preside en España Fernando Ruiz, de una promoción de 90 empleados, solo llegan a ser gerentes una media de dos o tres personas y a socio uno o ninguno Los plazos de entrega de las cuentas auditadas son asfixiantes, no hay ningún tipo de flexibilidad. El estrés y la presión a la que están sometidos es tan alto que terminan tirando la toalla, la mayoría de las salidas de la empresa se dan entre octubre y noviembre. Según los empleados consultados, las despedidas de los trabajadores son sonadas y multitudinarias, apuntan que “irse de Deloitte es una buena noticia”.

Fuentes de Deloitte preguntadas por OKDIARIO por estos hechos señalan que “las condiciones laborales de la auditora están acordes con la legalidad”.

Sin embargo, los trabajadores de Deloitte que se han puesto en contacto con este diario, cuentan que entran ilusionados a una gran firma donde la proyección de crecer es inmensa, ciertamente lo es, es algo que destacan todos los que ya no trabajan allí. “Haber trabajado en Deloitte es un valor añadido, aprendes a base de tortazos y terminas teniendo mucha capacidad de resolución”, destaca un exempleado. “Es una plataforma para irte a otras empresas”, comenta otra de las fuentes. De hecho, muchos de los empleados han terminado trabajando en empresas que auditaban.

El primer mes es idílico, acaban de salir de la universidad con trabajo y un sueldo que está muy bien. El primer año, los asistentes rasos ganan unos 26.000 euros brutos anuales. “Estábamos en Segovia en los cursos de formación, nos pagaban genial, conocías a mucha gente y creía que todo era la bomba. Lo miro con distancia y todo el funcionamiento era como una especie de secta”, cuenta una exempleada de la firma presidida por Fernando Ruiz.

Trabajar incontables horas al día en las instalaciones del cliente, llegar a casa y seguir trabajando hasta tarde. Esta era la tónica diaria, «incluidos, por supuesto, los fines de semana», según los testimonios recogidos. Al día siguiente, vuelta a empezar. “Lo peor de todo son los horarios. Sabes cuándo entras, jamás sabes cuando sales”, nos cuentan. Así es el día a día de un auditor de Deloitte. “He llegado a estar con un cliente hasta las 5 de la madrugada, a las 10 de la mañana tenía que estar el informe hecho”. Los plazos de entrega no son flexibles, si debe estar por la mañana “solo tienes la noche para trabajar”.  

Presión y estrés que terminan causando problemas de salud entre los auditores, “una compañera nuestra se desmayó en las oficinas de un cliente que estaba auditando, fue en Toys ‘R’ Us, no se me olvidará nunca”. No hay tiempo para nada, incluso ha habido empleados que no han tenido tiempo de organizar su propia boda. “Mi familia se encargó de organizarme todo, es más, el viernes antes de casarme lo pedí libre para ultimar detalles, pero trabajé igualmente desde casa”.

Pocos llegan a gerentes y muy muy pocos a ser socios de la firma internacional, la mayoría de las personas que entran en una promoción terminan huyendo de la empresa con sede en Torre Picasso. Otra exempleada confirma a OKDIARIO que la mayoría de la gente que entra no llega a gerente o socio porque se terminan yendo. “En mi promoción”, explica, “entramos alrededor de unas noventa personas, la mayoría no sigue en Deloitte, creo que unas tres personas han llegado a gerente y nadie ha llegado a socio”. Cada año, los empleados de Deloitte tienen una evaluación por parte de sus superiores, “te dan una nota y con eso promocionas o no. Si tienes la mala suerte de tener un gerente al que no le caes bien “puedes repetir cargo durante un año más, no valoraban tu trabajo y si echas cuentas tampoco te pagan tan bien”.

Los que ya no trabajan en Deloitte y trabajan en empresas con horarios normales no saben qué hacer con tanto tiempo libre, dicen que «no están acostumbrados a tener tanto tiempo para ellos». “Salía un viernes y me imponía a mí mismo salir de fiesta para desconectar, me lo ponía como una tarea más, aunque estaba cansado”, explican.

Después de un año duro llegaban las vacaciones de verano, los empleados afirman que esos días se olvidan de la presión que han tenido, cuando “llegaba septiembre vuelta a empezar, este mes es cuando la gente empieza a buscar nuevo trabajo, por eso la mayoría se va en octubre y noviembre”. Todos los trabajadores de la firma que tienen la suerte de encontrar otro empleo hacen una fiesta por todo lo alto, “quería divertirme con toda la gente que he conocido allí. Me fui llorando de Torre Picasso y al día siguiente me di cuenta de que tenía un trabajo y una vida, que a las 18,30 horas me iba y podía quedar con gente, tener vida social”.

“Si te hubiera contado esto hace tres años lo habría hecho llorando, hoy me quedo con la gente a la que he conocido y con el aprendizaje que tuve”, comenta a OKDIARIO una exempleada de Deloitte. Todos coinciden en una cosa: volverían a trabajar allí para aprender, pero no habrían aguantado más de 3 años.

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