Zidane, de la flor al muro
El Real Madrid confirmó la mejoría defensiva en el derbi madrileño ante el Atlético. El conjunto blanco volvió a dejar su portería a cero por tercer partido consecutivo y acumuló 269 minutos sin recibir un disparo a puerta.
El Real Madrid confirma la solidez defensiva ante el Atlético de Madrid. Los madridistas encadenan su tercer partido consecutivo sin encajar gol y sólo han recibido un disparo a puerta, el primero en esos tres encuentros. La derrota ante el París Saint-Germain sirvió para crear un muro en defensa que les ha permitido frenar -y de que manera- la sangría que arrastraban atrás desde la pasada campaña.
Ante el Atlético de Madrid los madridistas se han mostrado de nuevo como un equipo rocoso, solidario defensivamente y al que es muy difícil generarle una oportunidad. No quita para que los rojiblancos no las hayan tenido, pero sin llegar a disparar a puerta durante prácticamente todo el partido.
Los blancos llegaron a acumular 269 minutos sin recibir un disparo a puerta, algo impensable hace semana y media, cuando en el Parque de los Príncipes abandonaron cualquier labor defensiva y no remataron a puerta en todo el encuentro. Fue Diego Costa, en los minutos finales, quien tímidamente disparó a la portería defendida por Courtois, que no tuvo problemas para hacerse con el balón.
Zidane tiene claro que para remontar el vuelo es imprescindible establecer unos cimientos en defensa. Los blancos han mejorado claramente en sus funciones defensivas, tanto en particular como conjuntamente. Si en París la defensa estaba aislada del resto del equipo, ahora no sorprende ver a Bale o Hazard colaborando atrás.
El técnico ha conseguido crear un muro defensivo que es impenetrable. El conjunto madridista no concede ocasiones apenas a sus rivales, lo que les ha permitido que Courtois eche el candado en tres ocasiones de manera consecutiva por primera vez desde que llegó al Real Madrid. El belga lleva tres encuentros en los que sus apariciones se cuentan con los dedos de la mano.
El conjunto madridista ha optado en los últimos partidos por mostrarse efectivos en ambas áreas, manteniendo el balón y complicando mucho los ataques de sus rivales. Tampoco se vuelven locos arriba, generando menos de lo que era habitual, sin embargo son contundentes y suelen castigar en sus llegadas. Si frente al Atlético no lo consiguieron, fue por una enorme mano de Oblak.
El del Metropolitano era un test más que serio para valorar la mejoría madridista y se puede afirmar que la han pasado. Los blancos dejaron a uno de los equipos con más potencial de Europa a cero y disparando una vez a puerta, en el minuto 90 de partido. Ahora, deberán mostrarse igual en Champions League, donde están obligados a vencer al Brujas.