Los últimos robos en los Clásicos: gol mal anulado a Bale
Hernández Hernández invalidó un gol a Bale por una supuesta falta sobre Alba en el primer Clásico de Zidane. El Madrid acabó ganando 1-2
Los Clásicos entre Barcelona y Real Madrid siempre, o casi siempre, acaban rodeados de polémica. Este miércoles los dos grandes de nuestro fútbol vuelven a la acción con unas trepidantes semifinales en las que buscarán su presencia en la final del Villamarín. Al frente del encuentro que abre el cruce en el Camp Nou estará Mateu Lahoz, que centrará parte de la atención. Y es que, con la utilidad del VAR discutida, los blancos esperan que no se repita lo que viene siendo habitual durante sus últimas visitas al estadio blaugrana, en las que discutidas decisiones trataron de evitar un resultado favorable a los de la capital.
En una de las que ocasiones en las que no se consiguió fue en la temporada 2015-16. Entonces, el Madrid llegaba en Liga lanzado, tratando de remontar y meterse en la pelea por el título, al Camp Nou en lo que era el debut de Zidane en un Clásico como técnico madridista. Los blancos ganaron, pero la polémica estuvo servida. Y es que, a pesar de plasmar su superioridad en el marcador, el colegiado del encuentro estuvo a punto de evitarlo.
No fue entonces Mateu, sino Hernández Hernández, uno de los máximos exponentes del dopaje arbitral en favor de los culés y artífice de obras recordadas, como el penalti inverosímil que cometió el césped sobre Jordi Alba en la última jornada de Liga en 2017 ante el Eibar. Pero no es lo que nos atañe en esta ocasión.
Aquel encuentro liguero en el que el Madrid de Zizou buscaba reengancharse a la Liga, comenzó con un gol de Piqué en la segunda mitad. Los blancos se repusieron, empataron y Gareth Bale consiguió adelantar a los madridistas con un remate de cabeza en el segundo palo a centro de Cristiano. En esta ocasión no fue el césped, sino el propio galés quién cometió falta sobre Jordi Alba. Una falta solo existió en la cabeza del árbitro, que invalidó el tanto.
El partido se calentó y Sergio Ramos terminó yéndose a la ducha antes de tiempo. Los blancos sentían que el partido se les escapaba y todo por una infracción que no había sucedido. Pero, por suerte para los blancos, apareció Cristiano para hacer justicia y devolver al marcador el resultado que merecía.