Los señalados en el Barcelona tras un nuevo ridículo en Europa
El esperpento del Barça en el Allianz Arena fueron muchos en otro episodio bochornoso en Europa: de De Memphis Depay a Dembélé, pasando por De Jong o Busquets, tocando a Gerard Piqué y acabando en Ter Stegen
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El Barcelona se la volvió a pegar en Europa en otra noche negra para el club y parte de sus jugadores. Van acumulando desastres algunos de los integrantes del vestuario culé, otros solo están ante el comienzo. Fue una mala noche para casi todos los jugadores que pisaron el césped, se salvaron pocos, quizás los más jóvenes por su pundonor, pero varios de los veteranos y algunos de los que se esperan que tiren del carro, no lo hicieron, quedando señalados en otro bochorno en Champions League.
Si el Barça está destinado a la Europa League esta temporada es principalmente por sus jugadores, por la plantilla que actualmente conforman los presentes. Ni Ronald Koeman antes ni Xavi Hernández ahora han logrado encontrar la fórmula para hacer brillar a este equipo y eso radica en el pobre rendimiento y estado de forma de varios de sus futbolistas. De Memphis Depay a Dembélé, pasando por De Jong o Busquets, tocando a Gerard Piqué y acabando en un Ter Stegen al que también se le ven las costuras.
Ousmane Dembélé estaba llamado a ser el salvador de este equipo, sus apariciones de media hora tras regresar de su lesión habían supuesto una válvula de escape para todos. Su entrada en el campo revolucionaba al Barça, le daba otro aire, suponía un punzón y una rápida y resolutiva creación de ocasiones que hacía pensar que lo imposible era posible. Porque eso era la hazaña de Múnich, el deseo de vencer en el Allianz Arena, donde jamás se había logrado, con –posiblemente– la peor plantilla del presente siglo. El francés comenzó como habitúa, como un rayo de esperanza, generando peligro, aunque con poca puntería. La batería de Dembélé duró lo que tardó el Bayern en dar el primer guantazo. Tras él, el galo desapareció.
Otro que anda desaparecido, en busca y captura, es Memphis Depay. El holandés es un caso similar al de Dembélé, pero extrapolado a lo que va de temporada. Comenzó como un tiro, en cuanto a forma física, desequilibrio y gol, mucho gol. Prometía ser el goleador de este equipo pero se marcha de la presente edición de la Champions League sin haber marcado ni un solo gol. Ante el Bayern, como referencia de ataque, se diluyó desde el primer minuto. Le costó aparecer y bajaba a recibir en lugar de fijar a unos centrales bávaros que le ganaron todas y cada una de las batallas que iniciaron.
Uno de los Expediente X que tiene esta temporada el Barça es Frenkie de Jong. Al holandés parece que se lo han cambiado en el Camp Nou. Su papel esta temporada es discreto, como sus apariciones en el terreno de juego. Le está costando aparecer y marcar diferencia este curso, ha dejado de romper líneas y de ser tan asociativo como lo fue en sus dos primeras campañas. La aparición de Gavi y Nico les ha colocado en el foco y los culés echan muy en falta todo lo bueno que suele aportar el holandés. Ante el Bayern fue otro espectro.
Sergio Busquets suele ser de los jugadores más regulares de este Barça. Su colocación y lectura siempre están por encima de la media pero en una noche negra como la del Allianz, ni él se salva. Fue superado en la pugna por el centro del campo y fue incapaz de darle pausa al juego de su equipo ante la asfixiante presión de los bávaros, que no pararon de correr hasta el pitido inicial. La superioridad física de Tolisso y Musiala dejó anulado al catalán que fue incapaz de parar también las acometidas de Müller o Sané por su zona.
El baile de Lewandowski a Piqué en el primer gol del Bayern fue soberbio y dejó noqueado para el resto del partido al central culé. El polaco le quebró en un par de ocasiones para acabar midiendo un centro fácil para el testarazo de Müller que se elevaba por encima de otro de los señalados, Ter Stegen. El portero está en el pico más bajo de su rendimiento desde que llegó al Barça, quizá de confianza también. Falló pases fáciles, dejándole balones comprometidos a los delanteros bávaros y falló estrepitosamente en la lectura del 2-0 de Sané, que marcó a placer con un tiro lejano. No transmite la seguridad de antaño.