CHAMPIONS LEAGUE: REAL MADRID 2-1 SPORTING DE LISBOA

Bendito minuto 93

Horario y cómo ver en vivo por TV el Sporting vs Real Madrid (Reuters)
Horario y cómo ver en vivo por TV el Sporting vs Real Madrid (Reuters)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

El Real Madrid siempre es el Real Madrid. El Real Madrid tiene un ADN especial que no tiene nadie en el mundo. El Real Madrid es la épica hecha carne. El Real Madrid nunca se rinde. Fue el viejo Real Madrid, el Real Madrid de Di Stéfano, de Gento, de Juanito, de Santillana, de Butragueño, de Zidane y de Cristiano Ronaldo. Fue el Real Madrid de las remontadas, el de la épica, el de la Copa de Europa. El del minuto 93. El del bendito minuto 93.

Zidane salió con todo: Casemiro, Kroos, Modric y la BBC. Ni rotaciones, ni descansos. Quizá porque la Champions es la Champions y Zidane, como todo el madridismo, se la toma muy en serio. Porque si la Champions fueran los Juegos Olímpicos el Real Madrid sería Michael Phelps y si fuera el Santo Grial (que lo es), el Real Madrid sería Indiana Jones. No hay matrimonio mejor avenido ni pareja más pefecta que la que forman el Real Madrid y la Copa de Europa, con el nombre antiguo y con el nombre nuevo también.

Pero el Sporting salió como un adolescente con sus padres: descarado y respondón. Presionaba arriba, jugaba sin complejos y al primer minuto ya había dado el primer aviso César con un disparo desde fuera del área. El Real Madrid iba al ralentí, intentando descifrar el planteamiento de Jorge Jesús como si fuera un acertijo táctico. Bastaron seis minutos para saber que los de Zidane no iban a tener un partido cómodo y que el Sporting de Lisboa no era el Celtic de Glasgow.

El segundo disparo también fue portugués, después de una pérdida de Marcelo que aprovechó Martins para plantarse en el área. Su disparo cruzado y mordido lo despejó con algún apurillo que otro Kiko Casilla. El Madrid tocaba despacio como Eric Clapton la guitarra. Además, los blancos se movían poco, por lo que favorecían el repliegue del Sporting.

Una maniobra de Bale por la izquierda a los 12 minutos dio al Madrid su primer córner y, por tanto, su primera ocasión. Un respiro para Zidane y para el Bernabéu, que aún no había visto a su equipo asomarse al área de Rui Patricio. Jorge Jesús estaba acortando el campo hasta hacerlo como las minifaldas de una tronista y eso entorpecía la gestación del juego blanco. Kroos y Modric andaban asfixiados rodeados de verdes. Se jugaba en un campo más que de fútbol, de tenis.

Atasco en la Castellana

Al minuto 20 llegamos con el Madrid atascado y el partido empezando a hacérsele bola como un niño cuando come pescado. Cristiano merodeaba por el césped intentando que alguien le viera para sacar su cañón y disparar a sus amigos, porque Cristiano en el campo no tiene amigos. Pero era más invisible que Rita Barberá en el PP. Tampoco había noticias de Carvajal ni de Marcelo, tan importantes en el juego de ataque del Real Madrid.

Un disparo de Cristiano desde el lateral de la Castellana lo desvió Rui Patricio a córner. Se animaba el Madrid, pero sin locuras. Una especie de contra evidenció que Benzema está a kilómetros de su mejor forma física. Y entonces cayó la media hora sobre el Bernabéu. El duelo seguía complicándose para el campeón de Europa. Sólo Casemiro, que no hacía prisioneros en el centro del campo, parecía entender que el partido se estaba poniendo feo.

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Bale intenta controlar el balón en el duelo ante el Sporting. (Reuters)

La BBC era Bale y nada más. Se afanaba el galés buscando driblar portugueses como quien esquiva toallas en la playa de Benidorm, pero sus esfuerzos eran en vano. Precisamente el galés se llevó una enorme tarascada en la cadera al filo del descanso. La falta lateral la sacó Cristiano Ronaldo, pero su disparo se fue alto y con él se llegó al descanso.

Al César, lo que es del César

Y en la reanudación llegó el mordisco de los leones del Sporting nada más salir del vestuario. Una pared involuntaria entre Sergio Ramos y Modric provocó que la pelota cayera en los pies de Bruno César, que batió a Casilla con un disparo cruzado y muy colocado. El Madrid tenía medio tiempo y la obligación de remontar si no quería que el camino hacia La Duodécima empezara cuesta arriba.

Pero los de Jorge Jesús seguían valientes y toreros en el Bernabéu, mientras que el Real Madrid estaba fuera de cacho. El gesto de Zidane en el banquillo era la preocupación hecha carne. A la hora de partido su equipo seguía desconcertado, desorientado, deslabazado y descolocado. Ni una sola ocasión clara habían generado los blancos en todo el partido. El técnico lisboeta fue expulsado por protestar una amarilla justa a William Carvalho.

Dost rozó el 0-2 en el 63 después de que Martins bailara la lambada con Marcelo. Una falta de Zeegelaar sobre Bale daba al Real Madrid la oportunidad de buscar el empate a balón parado. Ni por ésas. El galés ensayó por encima de los tres palos y se marchó tocado y sustituido. Igual que Benzema. Entraron Lucas Vázquez y Morata. La cantera al rescate.

El ADN del Real Madrid

Faltaban 20 minutos más la prolongación y al Real Madrid sólo le quedaba la épica que, hablando de un partido en el Bernabéu, es mucho. Y entonces los blancos tocaron a rebato. Lucas se echó al equipo a la espalda y, de repente, emergió el espíritu del campeón. En el 71 Casemiro rozó el empate a la salida de un córner, pero su cabezazo lamió el larguero de Rui Patricio.

El Real Madrid no iba a rendirse tan fácilmente. Lo intentaron Cristiano, Morata, Lucas… pero no todas las noches en el Bernabéu toca remontada. En el 82 Cristiano falló un gol que él ni suele ni debe fallar. Casi en boca de gol, el luso la estrelló contra el poste a un metro de la portería. Asediaba el Madrid y una volea de Carvajal en el 83 rozó el empate, pero por fuera.

Pero Cristiano no estaba dispuesto a rendirse. Una falta en el 87 la botó el luso y la coló por la escuadra de Rui Patricio, que llegó a tocarla, pero no lo suficiente. Ronaldo pidió perdón, pero su golazo rescataba un empate para el Real Madrid en un partido que se le había torcido del todo al campeón.

Pero el Madrid nunca se rinde. Se lo hemos contado muchas veces. Era el minuto 93. El bendito minuto 93. Entonces apareció James para poner un centro medido a la cabeza de Morata y el canterano se convirtió en el héroe del Bernabéu y firmó una remontada histórica en el Bernabéu. Una más. Y las que están por venir.

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