REAL MADRID 1-1 ATLÉTICO: JORNADA 31 DE LIGA

Oblak y Griezmann paran al Madrid

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Griezmann anota el 1-1. (AFP)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

El Real Madrid tenía la Liga en la cabeza y casi en el bolsillo. El gol de Pepe parecía definitivo en el derbi, pero entonces apareció Griezmann en el 84 para dar el empate al Atlético. El delantero rojiblanco fue el segundo mejor de su equipo después Oblak, que evitó la victoria del Madrid con tres paradones antológicos. Ambos jugadores, portero y delantero, serían sin duda titulares en el equipo de Zidane.

Zidane y Simeone salían con todo al derbi. Faltaría más. En el Real Madrid, los de las grandes ocasiones. Vamos, los de La Undécima. Del señalado Keylor Navas al descansado Cristiano Ronaldo. En el Atlético, lo mismo. Fernando Torres por el lesionado Gameiro, que lejos de empeorar el equipo rojiblanco, puede que lo mejore.

Así que, con las cartas boca arriba, había llegado la hora de los jugadores. Era un derbi capital. El Real Madrid se adueñó de la pelota desde el inicio, con el Atlético replegado en su campo, agazapado a la espera de cazar una buena contra. A balón parado llegó la primera ocasión rojiblanca. Koke botó la falta diagonal, Keylor se quedó asustado bajo el larguero, como una tortuga en su caparazón, y Saúl cabeceó fuera por poco. Respiraba el Bernabéu.

Ambos equipos habían salido precavidos. Demasiadas hormigas y muy pocas cigarras. Los dos ordenaditos, sin dejar espacios y arriesgando lo justo o menos. Sólo Carrasco era capaz de desordenar un poco al Real Madrid y generar algo de agitación al derbi. El Atlético iba creciendo despacito, como la canción de Luis Fonsi.

El partido tenía más faltas que juego. No era un derbi duro ni tenso, pero tenía más interrupciones que el peliculón de Antena 3. A los 14 el Real Madrid dio señales de vida con un tiro seco de Cristiano Ronaldo que despejó abajo Oblak, otro de esa docena y media de porteros que son mejores que el que tiene Zidane.

El derbi del miedo

El Atlético iba disminuyendo el miedo al derbi y Keylor aumentándolo. Cada centro al área blanca era un año de vida menos para los aficionados del Madrid, que se devoraban las uñas por el pánico a cualquier tiro a puerta. El dominio local no se traducía en ocasiones. Los de Simeone se sentían cómodos defendiéndose. Y así fueron pasando los minutos hasta el ecuador de la primera mitad.

Como la política de Podemos, el dominio del Real Madrid tenía mucho de postureo. Sus ataques eran pellizcos de monja para la experimentada defensa del Atlético. En el 27 sí pudo marcar Benzema después de una prodigiosa pared con Cristiano Ronaldo. Karim reventó la pelota casi desde el punto pero ahí estaba Oblak para meter una mano salvadora. Porque el Atleti sí tiene un gran portero.

Y volvió a perdonar el 1-0 el Real Madrid a la media hora. Modric dividió por el medio y asistió a Cristiano. El luso salvó la salida de Oblak con disparo elevado, pero en su camino hacia el gol se cruzó la cabeza salvadora de Savic, que evitó el tanto bajo los palos. Ahora sí, con 30 minutos de retraso como una novia llegando al altar, comparecía el líder al derbi.

Respondió el Atlético en el 38 en una contra de Griezmann, que se aprovechó de un error en la entrega de Ramos a Modric. El francés llegó muy forzado a las inmediaciones del área, pero aun así le dio para sacarse un tiro cruzado que despejó abajo con muchos apuros Keylor, que volvía a estar mal colocado en la jugada.

SuperOblak y SuperPepe

Así nos fuimos al descanso y en la reanudación apretó el Madrid. Cristiano cabeceó fuera en boca de gol en el 46 y después Oblak, otra vez Oblak, le sacó un remate a bocajarro a Benzema. El portero del Atlético era sin duda el hombre del partido. Pero el líder había salido, ahora sí, con todo para ganar el derbi. Y los rojiblancos habían salido con toda la torrija.

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Pepe celebra el 1-0 al Atlético. (AFP)

Y tanto fue el cántaro a la fuente de Oblak que al final lo rompió el Real Madrid. Fue, cómo no, a balón parado. Kroos ejecutó la falta, Savic se la comió, Juanfran se durmió y Pepe enganchó un cabezazo bombeado que se coló junto al palo izquierdo de Oblak. Nada pudo hacer esta vez el esloveno con su espectacular estirada. El líder enderezaba el derbi y seguía con la Liga en la cabeza.

El Real Madrid se convirtió en a un tsunami que arrasaba al Atlético en todas las líneas. Carvajal y Marcelo profundos, Bale y Cristiano con movilidad, Kroos y Modric gobernando el mediocampo. Simeone no podía pedir tiempo, pero su equipo lo necesitaba. Era un queso de gruyer lleno de agujeros.

Y en el 59 (¡aleluya!) por fin apareció Keylor para salvar al Real Madrid. No fue con la mano pero sí con el pie como evitó el mano a mano con Fernando Torres, que se llenó de balón y reventó la pelota contra la rodilla del costarricense. El Bernabéu volvía a creer en su portero. A la fuerza ahorcan.

Kroos lesiona a Pepe

La mala noticia para Zidane es que Pepe se retiraba lesionado en el 65. Había sido un golpe de Kroos el que lo dejó K.O. Entraba Nacho, que nunca falla, y había hecho méritos como el que más para ser titular. Simeone había metido a Correa por Saúl para agitar el derbi, que seguía bajo el mando del Madrid.

Una chilena de Griezmann la despejó Keylor adornándose… pero el remate del francés estaba invalidado por fuera de juego. En el 75 Zidane repitió el cambio de Milán y sustituyó a Kroos por Isco. Y Simeone metió a Thomas por Fernando Torres. Eran dos cambios difíciles de entender como Carmena cuando habla rápido.

Al filo del 80 salió Bale y entró Lucas Vázquez. Zidane buscaba trabajo para los últimos diez minutos más el alargue. Al Real Madrid le quedaba el último suspiro para lograr tres puntos valiosísimos en el derbi y por eso trataba de enfriar el partido. Atacaba el Atlético en busca del empate y lo logró en el 84.

Fue un pase de Correa a la espalda de Nacho y Carvajal. Allí apareció Griezmann para salvar la descolocada salida de Keylor y anotar el tanto de un empate que puede costarle muy caro al Real Madrid. El gol tenía un sabor demoledor, igual que el de Djovetic en Sevilla, de esos de los que pueden costar un título. Al final el Real Madrid perdió dos puntos que tenía ganados y le tocará seguir remando hasta el final si quiere conquistar una Liga que tenía encarrilada.

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