Liga Santander 2018-2019: Real Madrid – Levante

El Madrid gana al borde del ataque de nervios

Real Madrid Levante
El Real Madrid derrotó 3-2 al Levante en el Bernabéu.

El Real Madrid volvió a mostrar sus dos caras. Desatado y preciso en el primer tiempo, fallón y endeble en el segundo. Los blancos volvieron a ganar con el Bernabéu al borde de un ataque de nervios. Doblete de Benzema en un partidazo de James. Hazard debutó en la segunda mitad y dejó destellos. Vinicius, pobrecillo, sigue peleado con el gol.

Daba pena ver un Bernabéu desangelado y medio vacío. Llovía, es cierto. Butacas azules salpicaban la fotografía de un estadio sobre el que el Real Madrid quiere edificar su futuro en forma de nave espacial, pero que corre el riesgo de ser el mejor estadio del mundo, el más bonito, el más moderno, el más cómodo… y el más vacío. Definitivamente, al madridismo le da pereza ir a ver a su equipo. No les culpo. Se me ocurren cien cosas mejores que hacer que ir a ver a este Madrid un sábado a la hora del vermut.

Hablando de otra cosa, Zidane se tomaba el partido en serio. Iba con todo ante el Levante. Ni una rotación, ni un descanso. No es para menos después de ver cómo este Real Madrid ha comenzado la Liga con un inicio tan titubeante como su pretemporada. Hazard era suplente. Normal, después de un mes de baja. Sí que jugaban internacionales recién llegados del otro lado del Atlántico como Casemiro y Vinicius, el inminente debate que viene en el Real Madrid.

El Levante salió con el descaro de un adolescente. Presionaba arriba como si no hubiera un mañana y el Real Madrid pasaba apuros para sacar la pelota. Lo malo de ser tan osado es dejar huecos a tus espaldas, como el que estuvo a punto de aprovechar Benzema después de una buena maniobra individual de Vinicius. Aitor atrapó el disparo raso del francés.

Un susto dio el Levante a los cinco minutos después de un balón parado que se envenenó tras el cabezazo de Borja Mayoral. Respondía el Real Madrid atacando los espacios que dejaban los granotas a sus espaldas. Pero los de Zidane no gobernaban el partido ante el equipo de Paco López, que mantenía una disciplina táctica propia de los soldados de Leónidas.

Jugando bajo la lluvia

Un par de acciones embarulladas en un córner dieron al Real Madrid la opción de hacer el 1-0. No lo logró. También la tuvo Benzema en el 20 después de un giro y disparo rápido en la frontal. La sacó Aitor con una palomita propia de la Play. Y luego la presión de Kroos provocó una ocasión de Lucas Vázquez, cuyo tiro a bocajarro tocó en un defensor del Levante y se estrelló contra el palo.

Se desataba el Real Madrid y empezaba a presionar y a asediar al Levante. Así llegó el gol de los blancos. Lo marcó, quién sino, Benzema. La jugada por la derecha entre Lucas Vázquez y Carvajal, que puso un centro medido a la cabeza del francés. Karim se elevó entre los centrales y cabeceó picado para marcar un merecido 1-0.

Con el Real Madrid convertido en un tornado poco tardaría en caer el segundo. Fue una acción vertiginosa, como un programa de Ferreras pero sin pactómetro. Se lo cuento rápido. Pase diagonal de Vinicius, error del central del Levante en el despeje, pelota que le cae a James, asistencia a Benzema, control del francés, levanta la cabeza, mira al portero y le bate por abajo con el pulso en el pie de un neurocirujano. 2-0 y partido encarrilado para los de Zidane.

Recital de James

James Rodríguez estaba completando un partidazo. Pero partidazo para que Amazon le hiciera un documental. Se ofrecía, tocaba de primeras, regateaba, jugaba en corto, en largo… Un clinic, vamos. Y en pleno diluvio de fútbol del Real Madrid llegó el tercero. Fue otra contra vertical, rápida, fulgurante. La inició Casemiro, que tocó para Benzema y este para Vinicius. El brasileño aceleró y asistió a su compatriota, que se asomó al área box tu box para hacer el 3-0.

Y con ese resultado se abrochó el primer tiempo del Real Madrid-Levante. Gran puesta en escena del equipo de Zidane, un diez en actitud y en conducta y un sobresaliente también en su juego.

En la reanudación, con un Madrid que seguía desatado, tardó poco el Levante en poner un punto de incertidumbre al partido con una acción vertical que pilló mal parada a la defensa del Real Madrid y que concluyó con un buen remate y un buen gol de Borja Mayoral. Pero los de Zidane no bajaron el pie y respondieron con un nuevo asedio a los granotas.

El tanto a favor dio esperanzas y ánimos a un Levante que se echó al monte a presionar al Real Madrid. Pero ahí estaba Benzema para hacer otra aparición estelar, que culminó con un disparo cruzado al palo. Luego lo emborronó Vinicius con un disparo mordido y defectuoso.

Entra Hazard… y Militao

Y entonces salió Hazard. Con la camiseta por fuera quizá para tapar su prominente pompis. Salió por Casemiro. También Militao por Ramos, un cambio igual de incomprensible que el primero. Siguió cercando el Real Madrid el área de Aitor y siguió Vinicius errando goles. Vamos, a lo suyo.

Hazard apareció en el 65 para demostrar que con espacios también es feliz. Todo arrancó con un taconazo de James. El belga aceleró y fue sentando rivales con la cintura. Culminó la jugada con un tiro cruzado que despejó Aitor con una gran parada. Repitió paradón el meta del Levante en un mano a mano con Vinicius después de un pase estratosférico de James, que seguía impartiendo un recital de fútbol.

Vinicius no necesita un profesor particular para meter goles, necesita un exorcista. No se puede explicar ni con la física, ni con la lógica, sólo con que se le haya metido dentro el diablo. Y el diablo precisamente enredó en el Bernabéu cuando el Levante hizo el 3-2 después de un córner mal defendido por Carvajal en el segundo palo. Tampoco Courtois atacó la pelota y Melero marcó en el segundo palo.

Contenía el aliento el Bernabéu al que le esperaban otros diez minutos al borde de un ataque de nervios. Siguió atacando el Real Madrid y siguió fallando ocasiones. Por ejemplo, James tuvo otras dos, pero a estas alturas del partido ya estaba fundido.

Al final el Real Madrid supo sufrir y aguantar los últimos minutos –incluido un paradón de Courtois a remate en propia puerta de Militao– y salvar tres puntos que tuvo ganados al descanso y que, con su debilidad en ambas áreas, a punto estuvo de perder en el segundo.

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