Los números no mienten: hay divorcio Messi-Griezmann
Los números demuestran el divorcio entre Messi y Griezmann, al menos sobre el terreno de juego. Entre ambos no se dan ni siete pases de media por partido.
El Barcelona no carbura. Valverde está más cuestionado que nunca y el equipo parece deprimido, sin ilusión. Dos de los jugadores que están en el foco son Messi y Griezmann, precisamente por la falta de conexión que hay entre ambos. Es evidente viendo los partidos del Barça que no hay química entre ambos. Falta feeling y el conjunto azulgrana lo paga, como quedó demostrado ante el Slavia de Praga, sobre todo en esa acción del minuto 35 en la que el argentino optó por un complicado disparo en lugar de pasársela al francés, que entraba solo por su izquierda.
Los números no mienten. De hecho, demuestran ese divorcio entre Messi y Griezmann, al menos sobre el terreno de juego. Y es que hasta la fecha, en los nueve partidos que ambos han coincidido en el verde, sólo han producido dos goles entre ambos (una asistencia al otro cada uno). Pero lo más impactante de este análisis elaborado por la herramienta ProFootballDB es que Messi y Griezmann apenas se pasan el balón.
El argenino da 55 pases de media por partido y el galo 40. ¿Qué es lo más llamativo? Que entre Messi y Griezmann no se dan ni siete pases por cada 90 minutos que coinciden en el terreno de juego. El ’10’ le envía la pelota al francés una media de 3,9 veces por cada partido completo disputado, y a la inversa la cifra es todavía menor, pues el Principito pasa el balón tres veces por cada 90 minutos al astro argentino. Esto quiere decir que ni i el 10% de los pases de Messi y Griezmann son recíprocos…
Fría relación personal
A todo esto hay que añadir que la relación personal entre ambos tampoco es la mejor. A Messi no le sentó bien que un año antes de recalar en el Camp Nou Griezmann diera calabazas al Barcelona a través de aquel famoso documental. Finalmente, el francés fichó por el equipo azulgrana el pasado verano, pero la relación entre ambos es fría. Fue el propio jugador galo el que admitió que apenas hablaban en el vestuario.
«Al final (Leo Messi) no es alguien que habla mucho, yo tampoco, difícil que nos hablemos. Le he llevado algún mate, estamos en la buena dirección y él ha estado lesionado y es complicado aprender esa conexión y mejorar, pero somos dos chicos buena gente», dijo Griezmann hace algo más de un mes. Un problema que se está trasladando al césped y cuyas consecuencias paga el propio Barcelona…