Modric de oro
Cada vez es más difícil ver a un centrocampista ganar un premio individual al mejor jugador de un torneo. El madridismo esbozó una sonrisa, incluso a Cristiano Ronaldo –Balón de Plata– se le veía contento por la designación, porque el ganador del Balón de Oro del Mundial de Clubes de 2017 fue Luka Modric, Lukita.
El croata se ha salido en Abu Dhabi dando una lección de fútbol, siendo un metrónomo constante, el apoyo para el pase fácil del compañero y el hombre que veía el pase ante el muro defensivo del rival. A sus 32 años, Modric ganó una de las distinciones individuales más laureadas de su carrera. El mediocampista es como el buen vino, cuanto más mayor, más importante para el juego del Real Madrid.
Modric guarda un idilio especial con este torneo reservado para los mejores equipos del mundo. La pasada temporada ya deslumbró en Japón logrando el Balón de Plata tras un torneo redondo. Curiosamente el de oro se lo quitó Cristiano Ronaldo, hoy se han intercambiado las posiciones. En esta ocasión, ganó el MVP del partido contra el Al Jazira en semis y se salió en la finalísima ante Gremio.
En su sexta temporada como madridista, suma 13 títulos en total como jugador blanco, una cifra que le sitúa en la élite de la historia del club más grande del siglo XX y con mejor palmarés del XXI. Modric es de oro y el madridismo sonríe por el premio. Pocos futbolistas hay que despierten tanta simpatía y admiración entre compañeros y aficionados en el mundo del fútbol.