TRAS GANAR LA COPA LIBERTADORES

Marcelo cumple su promesa con su abuelo y cierra el círculo

Marcelo cumplió su promesa con su abuelo Pedro, el hombre que lo sacrificó todo por su carrera

Marcelo agranda su leyenda

Marcelo abuelo
Marcelo celebra la Libertadores. (Getty)
Pedro Antolinos

Marcelo ganó más que un título el pasado sábado en Maracaná. El futbolista brasileño agrandó su leyenda ganando la Copa Libertadores para cantar los 30 en una carrera de vino y rosas. El lateral calificó después del partido que esta copa era la más especial de su carrera pero no hacía de menos a lo conseguido en el Real Madrid. Detrás hay una gran historia y esta tiene como protagonista a Pedro Vieria, el abuelo y hombre más importante en la vida de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.

Después de una carrera histórica en Europa, Marcelo puso rumbo a Brasil el pasado verano con el objetivo de cerrar un círculo en Fluminense, el equipo en el que dio sus primeros pasos como futbolista. Ese era el sueño de su abuelo y por ello decidió hacer las maletas para retirarse en el equipo en el que se formó en las categorías inferiores y debutó antes de que el Real Madrid pagara en enero de 2007 algo más de siete millones de euros por el futbolista en uno de los fichajes más rentables de la historia del fútbol.

Si Marcelo pudo jugar en la academia de Fluminense de niño fue gracias a Pedro, abuelo del jugador que era un devoto del club brasileño. El mismo jugador ha reconocido que en sus inicios su abuelo incluso llegó a deber dinero una decena de usureros para poder pagar los billetes para poder ir a entrenar. Más tarde incluso vendió un piso para poder pagar las deudas y comprar un vehículo para llevar a su nieto a los entrenamientos. Se estaba forjando una leyenda.

Por ello Marcelo reflejó en su cuerpo el nombre de su abuelo en uno de los brazos y el Volkswagen Escarabajo que le llevaba al centro de entrenamiento de la academia del Fluminense. Todo hasta que se convirtió en profesional y comenzó a aflorar el dinero. Por ello, después de una salida frustrada del Real Madrid rumbo al Olympiacos, Marcelo decidió cerrar el círculo en el club de su vida.

Marcelo, la Libertadores y su abuelo

Esto explica la emoción de un Marcelo que rompió a llorar después de levantar al cielo de Río de Janeiro la primera Copa Libertadores para el equipo de su ciudad. Era su título 30 pero este tenía un color especial por estar dedicado a uno de los seguidores más fieles de Brasil que no pudo estar presente en la final más importante de su vida, su abuelo, que falleció en verano de 2014 durante el Mundial.

Marcelo abuelo
Marcelo y su abuelo Pedro.

«El Madrid lo entenderá. Es mi título más importante a nivel de clubes. Es el equipo en el que me crié. El Madrid está en mi corazón pero de Fluminense es hasta difícil hablar». Estas palabras salieron de la boca de un Marcelo visiblemente emocionado a la conclusión del partido. Marcelo había hecho historia con el club de su vida y además había cerrado un círculo como futbolista cumpliendo la promesa que le hizo a su abuelo cuando comenzó como delantero en las categorías inferiores del Fluminense. Ya se puede retirar tranquilo.

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